A colación del artículo de Vidal-Quadras sobre los extraterrestres, éste es sólo un ejemplo de la frivolidad con la que llegan a tratarse las vidas de los seres humanos, de "otros" seres humanos, claro. Nadie escribe ya que se trata de negros y moros, porque sería políticamente incorrecto, pero ¿alguien duda que que no lo piensen? El problema de la inmigración existe, es un hecho, motivado por algo tan antiguo como las diferencias sociales entre personas y pueblos: gallinas, vacas o camellos; petróleo o minerales; puertos o montañas; mi dios o el tuyo; ricos y pobres.
El sistema está podrido desde sus raíces, no funciona, pero es productivo para los países ricos, que son los que mandan en el tablero que, como diría Quino, dan jaque mate cuando les de la gana.
El ¡HOLA! dedica una morbosa portada, en su última edición, a esta pobre chica de 46 años que la palmó de un infarto. ¡Problemas de ricos! pensará uno de estos negritos invasores que pasean por La Laguna y ven la revista colgada en el kiosco de la Plaza de la Concepción.
Los países ricos esquilman, venden armas (a unos y a otros, que al fin y al cabo son las dos caras de la misma moneda), miran hacia otro lado ante guerras absurdas (matar siempre lo debería ser), sueltan por esa boquita lo indecible pero compran gas y petróleo a los mismos a los que increpan. Los mismos que producen y luego llevan los desperdicios (baterías, móviles y desechos nucleares) a África. ¿Necesitamos más ejemplos?
Los blancos se pelean entre ellos, los negros ídem y no olvidemos a los amarillos.
¿Y si nos concienciamos que esto no tiene ya solución y que el mundo se ha ido a la mierda indefectiblemente y sólo nos resta sentarnos y esperar el Armagedón?
Yo me siento culpable de lo que ocurre, culpable por so hacer nada, por no saber qué hacer. Culpable por sentir tanto odio dentro contra los intransigentes, los reaccionarios, los que han olvidado nuestra Historia, los insensibles, los insolidarios, los fanáticos religiosos, los iracundos...
¡Culpable!
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