En los años sesenta, el ministro Manuel Fraga acuñó la famosa frase que pasaría a la posteridad: Spain is different! Hoy sigue estando absolutamente actual.
¿Hay alguna buena noticia? La hay: el desplante de la Conferencia Episcopal ante el informe del Defensor del Pueblo ofrece una oportunidad histórica a la derecha católica española para expresar su indignación de creyentes ante la resistencia a la contrición y la enmienda de sus autoridades espirituales: en mucho tiempo no tendrá otra ocasión tan noble, clara y conmovedora para hacerlo. De hecho, seguir en silencio igual solo consigue reanimar el decaído anticlericalismo de otros tiempos.
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