Coincidí hace un par de años en la ópera con Jerónimo, me presenté (compartíamos un buen amigo y no sabía si me recordaría, pero resultó que sí), y departimos un rato en el descanso de la representación. Siempre tan educado, tan amable y con ese sentido del humor que parecía no abandonarle nunca, y no lo hizo, fue la vida la que se le adelantó. Descansa en paz.
El ANILLO DE MOEBIUS
Francisco Pomares.
“El cortesano curioso”
De formación italiana, modales florentinos y una innata astucia para entender las formas y los límites del poder, Saavedra fue durante treinta años –desde que los socialistas dejaron la protección pactada de Campeso para hacerle secretario general, hasta aquél día inmerecido e innecesario de bronca pública- la representación más pura del socialismo en libertad. Ojo, no era en absoluto un santo: era un político capaz de argumentar marrullerías como buen abogado, de decidir la suerte de otros sin un átomo de remordimiento y de agotar al adversario como el sindicalista entregado que también era. Pero todo eso, todo aquel poder casi monárquico, sin duda absoluto, ejercido sin delegación durante décadas de incuestionado mando en plaza, eran sólo la parte más visible de su inesperado carisma. Lo que realmente le definía era la contradicción entre su alma sublime, soberbia, a veces taimada, y la férrea voluntad de respetar, por encima de todo, la humanidad de los otros.
Fecha: miércoles 22 de noviembre de 2023
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