miércoles, 8 de noviembre de 2023

PREOCUPADO

Como un perro se sacude el agua escribo yo como catarsis, no puedo dejar esto dentro, acabaría conmigo. Preocupado estoy viendo lo que está ocurriendo, sobre todo en Madrid, estas últimas noches. A pesar de no ver la tele por decisión propia -bendito apagón informativo autoimpuesto desde el COVID y ausencia de redes sociales-, ya se encargan mis amigos de enviarme links con imágenes de las manifestaciones y, lo que es peor, de los comentarios a tiempo real, verdaderas proclamas que cuesta recordar. Ya no sé qué adjetivos emplear pues muchos limitarían mis sentimientos sin poderlos abarcar o describir.
La violencia no se puede aceptar nunca porque engendra más y más.
¿No estaba esta premisa universalmente aceptada a estas alturas, al menos en los que nos llamamos países civilizados?
¿En qué consiste la democracia? ¿no hablamos de un país donde gobierna aquél partido/ presidente que logra más votos para ser investido como tal? 
¿No ha sido así desde Adolfo Suárez?
¿Cuándo se ha visto este fervor tan iracundo en putodefender España?
¿No funcionada este juego votando a éste o a aquél en las elecciones para que gobernase y punto?
El nuevo presidente, con más votos que sus oponentes, recibe el cargo para que lo ejerza durante 4 años y revalidarlo, o no, las siguientes elecciones, y así per saecula saeculorum. Éstas son las reglas del juego y se deben respetar porque, a día de hoy, la utópica anarquía no es una opción. 
¿Quiénes son estos personajes de cómic como el jefe de una organización de desokupas, obispos varios o jueces con cargos más que caducados a los que nadie ha preguntado, para atacar la base propia de la libertad y la democracia?
¿Cómo puede un líder de un partido de la oposición y otros similares, apoyar estas manifestaciones violentas o, cuando menos, ni siquiera condenarlas? Hoy escuché a uno de los partidos pedir a la policía que no acatara las "órdenes ilegales" del Ministro del Interior. Alucinante.
En un par de semanas estaré en Madrid por razones culturales, las mejores siempre, y espero de corazón que estas noches de terror hayan cesado y que todo haya vuelto a su cauce.
Si yo fuera presidente (¿no era éste el título de un programa televisivo?) le daría una bofetada sin manos a Puigdemont, majadero e impresentable delincuente, y que les den a todos, yéndome a mi casa a leer y a tomarme un caféconleche. Pero como no lo soy, defiendo como el primero la posibilidad de éste de dirigir el país como estime, como le dicte su (buen) hacer, he ahí el corazón de nuestro sistema político. Dirija el país un presidente de UCD, PSOE, PP o Rita la Cantadora (no olvidemos EEUU), nuestra labor como personas de bien, que parece decirse casposamente hoy de nuevo, es defenderlo porque así son las reglas y, hasta ahora, no hay sistema político más justo. No olvidemos que, en todo caso, las elecciones hay que ganarlas en las urnas, no antes. Luego, una vez haya votado el pueblo soberano podrá gobernar, tras la designación del rey (en esta ocasión Feijóo primero, Sánchez después), el que consiga votos suficientes. 2+2. Simple. Transparente. 
Podría parecer, visto lo visto, que sólo hay una razón verdadera, la de defender el NO a la amnistía como razón absoluta e inamovible, pero no es así. Todo tiene su haz y su envés, aunque poca repercusión tengan las manifestaciones que contradicen a la corriente. Hablemos de la existencia de un manifiesto que se remitirá a las Instituciones europeas, si no se ha hecho ya, firmado por, al menos, 100 juristas de reconocido prestigio, "JURISTAS POR LA AMNISTÍA, LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA". Baste una pincelada: 
En el actual contexto se está tratando de generar artificiosamente un problema jurídico por quienes vulneran la Constitución cada vez que interesa a sus objetivos políticos, incumpliendo el desarrollo de los derechos sociales, incumpliendo los derechos fundamentales de las personas, e instrumentalizando las instituciones de forma partidista, como ocurre con el bloqueo a la renovación del Consejo General del Poder Judicial desde hace 5 años, manteniendo el órgano que se eligió durante el gobierno de Mariano Rajoy en diciembre de 2013, con mayoría conservadora. El indulto, la renuncia a la acción penal, la amnistía u otras figuras jurídicas equivalentes, se han utilizado en distintos lugares del mundo. Igual que en España, con normalidad. En Francia, en Italia o en Suiza hay leyes de amnistía. En Portugal, se aprobó una amnistía para jóvenes el pasado 18 de julio, por la visita del Papa. La amnistía es una figura recogida en Tratados Internacionales en vigor en España y también en distintas leyes vigentes aprobadas en el periodo constitucional, como el Reglamento general del régimen disciplinario del personal al servicio de la Administración de Justicia, la Ley de Enjuiciamiento Criminal o la Ley de Memoria Democrática. El único límite excluyente para la amnistía en nuestro derecho, como en cualquier país civilizado, son los crímenes internacionales: los delitos de genocidio, lesa humanidad, crímenes de guerra, etc. Los objetivos de las amnistías, según el derecho internacional vigente, son alentar la reconciliación social y contribuir al restablecimiento de las relaciones normales en la vida de un país. 
La Constitución no prohíbe la amnistía, que opera sobre las conductas, pero sí prohíbe los indultos generales, que operan sobre las condenas penales firmes. La prohibición del indulto general no impidió que el 1 de diciembre de 2000, un solo Consejo de Ministros del Presidente Aznar (PP), aprobara 1.443 indultos, sin alegar ningún motivo de interés general. Tampoco se opuso el PP al indulto del que se benefició el general Armada en el año 1988, condenado a 30 años de cárcel por ser el máximo responsable del intento del Golpe de Estado de Febrero de 1981 en el que fuerzas militares secuestraron todo el gobierno y todo el poder legislativo. 
La amnistía de delitos fiscales ha sido utilizada profusamente en nuestra democracia por todos los gobiernos menos el actual, incluidos los del PP, siendo las más importantes las de los años 1984, 1991 y 2012.
Educación y no más noches de cristales rotos, ¡por favor!.
The Beatles, *All you need is love.

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