Como ya no hablo de política, ni escribo, no me resisto a compartir ese humos tan español que nos caracteriza. Humor inteligente y preclaro que nos pone una sonrisa en la boca y en la cara toda. Salimos de una campaña con sus correspondientes elecciones para entrar en otra sin solución de continuidad que parece batir todos los récords de organización. Ayer, por ejemplo, pasé por Correos a preguntar por el voto por ídem y no sólo pude solicitarlo sobre la marcha sino que parece que ya desde el día 30, a la sazón Día de Canarias, había sido el primer día para hacerlo. Está claro que el que no corre vuela. Y no digo nada más porque parecerá que escribo sobre lo que ya no escribo y he de ser coherente con ese yo que llevo dentro que, a su manera, me guía.
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