Una semana llevo, más o menos, sin escribir de política e, incluso, sin reenviar noticias políticas. Cuesta, y mucho, pero poco a poco lo voy logrando; el resultado es una tranquilidad inusitada. La política, como el chocolate, nos hace sufrir lo indecible al no entender cómo hay alguien a quién no le gusta el cacao. Uno ve tan claro lo que nos viene encima que el conflicto interno no amaina. He ahí la tranquilidad que da no discutir ni hablar de ello, aunque la procesión se lleve por dentro.
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Miles Davis, *Blue in green.
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