Parece que mañana algo va a cambiar, entraremos, al menos aquí, en lo que mal llaman la nueva normalidad, este oxímoron -o es una cosa o es otra-, vuelven las oficinas al trabajo presencial, las carreteras a llenarse de coches, el estrés diario. Pero mientras volvemos a ser los de antes la desconfianza reina en nuestra vida, medimos mentalmente la distancia a la que se encuentra nuestro interlocutor, nos volvemos rígidos si nos rozan o nos miramos las bocas abiertas en busca del mortal "virus mutante volador". El miedo ha sido siempre un mal compañero de viaje, pero me temo que ahora lo vamos a tener fijo con nosotros, al menos hasta que la vacuna salvadora llegue, a pesar de conspiranoicos, antivacunas y Migueles Bosés.
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Musical Annie, *Tomorrow.
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