Desde que empezaron los sanfermines no escucho hablar de otra cosa. Que si el chupinazo, con o sin ikurriña, que si encierros, que si el toro "perdonavidas", que si comas etílticos, etc. Retransmiten los encierros una y otra vez, e incluso a alguien como yo que aborrece la tele y que pocas oportunidades tiene de verlo, ¡zas, en toda la boca! lo ponen en el televisor del bar o en cualquier telediario. Resumiendo, que parece imposible en julio, en España, huir de los dichosos sanfermines. Ayer u hoy parece que un chico norteamericano, de 20 años, ha perdido el bazo tras ser intervenido por una cornada durante uno de los últimos encierros, por lo que a todas horas la dichosa noticia, el pibe sin bazo, el toro que sea, etc., etc., etc. Pero ¿qué esperan corriendo delante de unos toros acojonados, fuera de su entorno, con una multitud jaleando alrededor de ellos y durante todo el recorrido? No me alegro de la cornada, faltaría más, pero ya sabe esta gente, o debe saberlo, a lo que se exponen durante estas bárbaras fiestas. Llegará un día, aunque yo no lo veré, que de las fiestas populares españolas desaparecerán los animales como elemento de disfrute y sufrimiento.
¡Amén!
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