Con el cambio de hora llega el buen tiempo, algo más de sol, menos lluvia nocturna, menos niebla. Los días son más largos y parece que el trabajo se hace más llevadero. Al menos ya no estaré en el estudio por la tarde viendo cómo se hace de noche y van desapareciendo las ganas de dibujar al mismo tiempo que se pone el sol. Para que sea un veranito feliz deberá estar mi jardín reluciente, mi cuenta saneada, las motobombas funcionando correctamente, mis perras sanas, mis hernias dormidas, mi familia y mis amigos felices y muchos muchos planes de futuro.
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