martes, 18 de septiembre de 2018

LO PÚBLICO

Conversaban el otro día dos amigos de lo que implica trabajar para la Administración Pública, en concreto la conversación versaba sobre el trabajo en un Ayuntamiento. Uno de los interlocutores defendía su actuar "en defensa de los intereses del Ayuntamiento", el otro estaba en desacuerdo. Si bien no se debe olvidar que se trabaja en la Administración, defendía, y vaya la legalidad siempre por delante, se debe trabajar "en defensa del administrado", que ésta es la verdadera labor de quién trabaja en el sistema público. Desgraciadamente parece que estos dos conceptos resultan antagónicos. Obviamente ya pueden imaginar cuál de los dos sufre más en su puesto de trabajo.

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