Vale que el asunto de los estudios sirva como magnífica, y tupida, cortina de humo ante lo que pasa en España, vale que dimitan ministros, que se investigue a diestro y siniestro, que los másteres estén en el punto de mira, que la Universidad Juan Carlos I parezca ser la vergüenza de la enseñanza española. Vale, bien, pero que, como de lo que se trata es de ser un mentiroso, se investigue a todos, a estos y a aquellos por igual. Todos deben ser como la mujer del César, sin exclusión alguna.Yo, por lo pronto, siento vergüenza ajena por lo que veo.
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