El otoño es una de las cuatro estaciones del año y una de las dos de la
zona intertropical. Astronómicamente, comienza con el equinoccio de
otoño (alrededor del 21 de
septiembre en el hemisferio norte y 21 de marzo en
el hemisferio sur)
y termina con el solsticio de invierno (alrededor
del 21 de diciembre en el hemisferio norte
y 21 de junio en
el hemisferio sur). Sin embargo, habitualmente se conoce como otoño el
período que comprende los meses de septiembre, octubre y noviembre en
el hemisferio norte y marzo, abril y mayo en el hemisferio sur. En ambos hemisferios, es
la estación de las cosechas, por ejemplo, del maíz y el girasol. En la literatura,
el otoño, en sentido figurado, representa la madurez. Su nombre proviene
del latín “autumnus”,
palabra que se ha vinculado a la raíz “augeo-”: aumentar. De este modo,
los etimologistas latinos explicaban la palabra como “auctus
(participio pasado de augeo) annus”: el aumento o la plenitud del año.
Compárese con el castellano el término "auge", que proviene de
idéntica raíz. Otros autores como Breyer y Ernout-Meillet, vinculan la palabra
latina “autumnus” con la raíz etrusca;
“autu-” que implica la idea del cambio y aparece, también, en el nombre de la
divinidad etrusca Vertumno, quien —entre otras funciones—, predecía el cambio de
las estaciones.
Vivaldi, *Las Cuatro Estaciones (El otoño).
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