sábado, 29 de septiembre de 2018

CAOS ABSOLUTO

Murphy, dichoso Murphy y su Ley. Se cumple siempre, es un hecho. Junto con la mudanza de mis padres y todo lo que ha supuesto, no sólo física sino psicológicamente, por injusta e innecesaria, se une el colapso de mi ordenador a principios de semana, el lío de mi trabajo, justo cuando estoy terminando dos proyectos, y la ola de calor en que ha estado sumido el archipiélago. Menos mal que TODO tiene siempre solución y la cosa se va arreglando pasito a pasito: la puesta en orden de la casa adonde se han mudado mis padres va viento en popa, mi ordenador me lo dar el lunes vivito y coleando, podré seguir trabajando como siempre para terminar lo que está pendiente, mis perritas siguen bien, comienza en unas semanas la temporada de ópera y, si me apuran, las Navidades (y por ende mis vacaciones) están ya a la vuelta de la esquina.. Ya ven, el que no se consuela es porque no quiere.

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