Continúo leyendo los Cuentos de John Cheever. Una vez terminé "El nadador" aproveché para ver la película de Burt Lancaster. Si bien convertir un cuento corto en largometraje no debe ser tarea fácil, la película no está mal, consigue mostrarnos la época en la que se desarrolla la historia, la sociedad burguesa norteamericana de mediados del siglo XX, autocomplaciente, decadente, despreocupada, cruel. No se sabe de dónde viene el protagonista, no se aportan datos de su existencia, de su realidad; el lector debe ir leyendo entre líneas a medida que Ned Merrill va de piscina en piscina cruzándose con aquellos que moran las mansiones y de las pequeñas conversaciones que con ellos cruza. En el fondo no deja de ser una historia triste.
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