La vida que tengo es porque yo quiero, no hay que echarle la culpa a nadie; bueno, quizá a las circunstancias, pero ya lo decía Ortega y Gasset, así que quién soy yo para contradecirle... Esta semana que acaba inexorablemente ha sido dura, tensa, hasta violenta. Muchas reuniones sobre temas complicados, complejos de resolver, problemas que surgen de la nada, a veces de manera innecesaria. ¡Ay el ser humano!, especialista en crear problemas donde no los hay, especialista en crear un problema para cada solución. Pues así lo he visto yo, así he sentido esta semana, así me he solidarizado en muchas ocasiones al saber exactamente cómo se sentía la gente a la que aprecio y que me ayudan a soportar la carga diaria. Pero ha llegado el viernes, el fin de semana, el modo OFF, Aretha, Fleetwood Mac y Rossini, el Megadolón, Joël Dicker, Pablo, la cena con amigos, mi ahijado Guille, la almohada, el café a una hora normal, el teléfono apagado, my own way!
Fleetwood Mac, *Go your own way.
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