Hoy me enteré de una noticia que me hizo pensar en lo inseguro de nuestra vida, o como dirían los budistas, siempre sabios, en la impermanencia. Recordé que hace años me comentaban qué felices se les veía a una pareja de amigos, siempre de mano por la calle, siempre juntos; "es la pareja ideal", me decía una amiga sobre ellos. Claro que ni mi amiga no sabía que él se la pegaba con una compañera de trabajo. Por otro lado, hoy me enteré que un amigo que llevaba toda su vida en un trabajo, de la noche a la mañana lo habían despachado. Se me hizo muy extraño no verlo en su mesa y ya puedo imaginar cómo debió ser para sus compañeros de siempre.
¿Conclusión?
- Nadie es imprescindible.
- Nada permanece siempre.
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