Cómo
detectar camelos y tonterías pseudocientíficas
Veinte
años después de su muerte, el mensaje del divulgador científico Carl Sagan
sigue siendo necesario. Esta es su guía para combatir falacias.
http://elpais.com/elpais/2016/03/03/buenavida/1457011430_052456.html
La
desesperación, en muchas ocasiones mezclada con la falta de conocimiento,
convierte a algunas personas en presa fácil de quienes hacen negocio con el
dolor ajeno. Historias como la del joven Mario Rodríguez, enfermo de leucemia que falleció tras
abandonar su tratamiento para someterse a una falsa terapia, muestran el
peligro que conlleva renunciar al aval científico a favor de promesas
embaucadoras de curanderos.
Lo
que se pone en juego cuando actúa la ignorancia es la propia vida. Por ese
motivo se hacen necesarios trabajos como El mundo y sus demonios, libro que
firmó en 1995 el reconocido astrofísico y escritor Carl Sagan, en la que intenta que el ciudadano de a pie
comprenda el método por el que se rige la ciencia y, de este modo, obtenga el
pensamiento crítico que le servirá como parapeto ante las trampas cotidianas.
Incluso 20 años después de la desaparición del científico, el capítulo intitulado El sutil
arte de detectar camelos sigue siendo una de las herramientas argumentativas
indispensables para el d“El mundo y sus demonios pertenece a los libros de
cabecera de todo escéptico”, opina Alfonso López Borgoñoz, presidente de la Sociedad
para el Avance del Pensamiento Crítico ARP-SAPC, surgida en los años 80 como respuesta combativa
frente a la astrología, que inundaba entonces los medios de comunicación. “Pero
hoy, los demonios contra los que hay que luchar han cambiado, la bola de
cristal ha dado paso a la falsa bata blanca de las terapias alternativas”, añade. "Es maravilloso que para
tratar la complejidad de las falacias, Sagan empiece hablando de cómo lamentó
la muerte de sus padres, y no le avergüence reconocer que intentaba hablar con
ellos y que esto es un proceso normal del que otros pueden aprovecharse con
engaños. Esta introducción tan brillante es el mejor texto de autoayuda o
autodefensa", concluye.
Para
López Borgoñoz, "tan temerario puede ser creer en los espíritus nocturnos
o en los ovnis como pretender hallar el remedio a los problemas en un libro de
Paulo Coelho, no distinguir entre un medicamento y un placebo o creer la
primera referencia que salga en una búsqueda Google".
Este
experto considera que la solución está en promover un espíritu crítico
generalizado: “Ni siquiera los científicos tienen una formación completa sobre
ciencia, se especializan en áreas determinadas. La clave es conocer las
premisas, deducir a través de las inferencias adecuadas, hilar la relación
entre las causas y las consecuencias, fomentar el debate y contrastar diversas
fuentes de información”.
Los
nueve pasos de pensamiento escéptico, según Sagan
La
cuestión no es, decía Sagan, si nos satisface o no la conclusión a la que
llegamos después de un razonamiento, sino si somos capaces de identificar cuál
ha sido su punto de partida y de saber si este es cierto o es falso. Para
hacerlo, es necesario aprender a construir planteamientos razonados y reconocer
un argumento falaz -una idea falsa con apariencia de verdad- a través del
pensamiento escéptico. Con este fin, el divulgador equipa al lector con lo que
denominó kit del escéptico: instrumentos para defenderse de charlatanes y demás
embaucadores, que incluye consejos para alcanzar y detectar una buena
argumentación y un catálogo de falacias habituales en la pseudociencia.
Aquí
van los nueve consejos de Sagan:
1.
Confirmar la realidad. Los hechos necesitan ser confirmados por fuentes
independientes siempre que sea posible.
2.
La prueba, a debate. Cultivar la discusión sustanciosa, con conocimiento y
desde todos los puntos de vista, sobre la prueba obtenida.
3.
No confundir experto y autoridad. En la ciencia no hay autoridades; como
máximo, hay expertos. Las autoridades no son infalibles, han podido cometer
errores en el pasado.
4.
Siempre hay más de una hipótesis. Si algo puede explicarse de muchas maneras,
hay que tener claras las pruebas de cada una de ellas. La hipótesis que
sobrevive a la refutación tiene muchas más posibilidades de ser la respuesta
correcta que la primera idea que se nos ocurre.
5.
No aferrarse a una hipótesis por que sea la nuestra. Las hipótesis no son más
que estaciones en el camino del conocimiento. Hay que preguntarse por qué nos
atrae la idea y compararla equilibradamente con las alternativas. Antes de que
lo hagan otros, conviene que encontremos por nosotros mismos motivos para
rechazarla.
6.
La cantidad es la clave. Si lo que intentamos explicar se puede medir o está
relacionado con alguna cantidad numérica, el trabajo será más fácil. Lo vago y
cualitativo está abierto a muchas explicaciones, y aunque pueden encontrarse
verdades en ese tipo de asuntos, encontrarlas supone un desafío mayor.
7.
Lo importante es todo el proceso argumentativo. Todos los eslabones de la
cadena de argumentación deben funcionar (incluida la premisa), no solo la
mayoría de las ideas.
8.
Lo más sencillo suele ser lo más probable. La regla empírica de la navaja de
Ockham, o ley de la simplicidad, dicta que ante dos hipótesis aparentemente
igual de válidas, lo correcto es elegir la más sencilla.
9.
¿Puede falsificarse la hipótesis? Un argumento que no puede demostrar su
validez ni ser refutado por completo, no vale mucho. La capacidad de comprobar
las aseveraciones es esencial.
Las
falacias: falsa autoridad, verdades a medias y hombres de paja
Tan
importante es saber qué hacer como qué no hacer en una argumentación. Una
defensa potente y efectiva contra los cuentos de los timadores implica
identificar la veintena de falacias (razonamientos engañosos que pretenden ser
convincentes) que clasificó Sagan para no verse embaucado por tramposos. Muchas
de estas tretas se cultivan habitualmente en política y en religión.
Reconózcalos… y rechácelos. Así lo explica Carl Sagan.
1.
Ad hominem (contra el hombre). Atacar al que discute y no a su argumentación.
Ejemplo: "El reverendo doctor Smith es un conocido fundamentalista de la
Biblia, por lo que sus objeciones a la evolución no deben tomarse en
serio".
2.
Argumento de autoridad. Pensar que algo es cierto porque lo dice alguien
reconocido, no porque se haya demostrado. Ejemplo: "Richard Nixon debería
ser reelegido porque tiene un plan secreto para terminar la guerra en el
sudeste de Asia [confiaban en él a ciegas porque era presidente]".
3.
Argumento de consecuencias adversas. Dar por cierto un argumento porque, en
caso de no realizarse, se presentarían consecuencias adversas. Ejemplo:
"Debe existir un Dios que castigue y recompense porque, de lo contrario,
la sociedad sería mucho más ilegal, peligrosa o ingobernable".
4.
Llamada a la ignorancia. Afirmar que todo lo que no ha sido demostrado debe ser
cierto, y viceversa. Ejemplo: “No hay una prueba irrefutable de que los ovnis
no estén visitando la Tierra, así que existen y hay vida inteligente en todas
partes del universo”.
5.
Un argumento especial. Apelar a nuestra incapacidad para comprender lo que
sucede. Sirve para salir airoso en un problema retórico profundo: Ante la
pregunta "¿cómo puede un Dios compasivo condenar al tormento a las generaciones
futuras por el hecho de que una mujer le indujera a un hombre a comerse una
manzana?", el argumento especial usado como respuesta sería: “No entiendes
la sutil doctrina del libre albedrío. Los caminos de Dios son misteriosos”.
6.
Pedir la pregunta o asumir la respuesta. Aceptar que las consecuencias serán
exactamente las que se plantean al exponer una situación. "Debemos
instituir la pena de muerte para desalentar el crimen violento". Pero, se
pregunta Sagan, ¿de verdad se reduce la tasa de delitos violentos cuando se
impone la pena de muerte?.
7.
Selección de la observación. Enumerar las circunstancias favorables o los
aciertos de nuestra postura y olvidar los fallos, como cuando un Estado se
jacta de los presidentes que ha tenido, pero no dice nada de sus asesinos en
serie.
8.
Estadísticas de los números pequeños. (Similar a la falacia anterior, pero en
versión cuantitativa). Tener en cuenta únicamente los datos favorables o
conocidos. Ejemplo: “Dicen que una de cada cinco personas es china. ¿Cómo es
posible? Yo conozco cientos de personas y ninguna de ellas es china”. Otro: “He
sacado tres sietes seguidos. Esta noche no puedo perder”.
9.
Incomprensión de la naturaleza de la estadística. Ignorar el funcionamiento de
esta ciencia, como cuando el presidente Dwight Eisenhower expresó asombro y
alarma al descubrir que la mitad de los americanos tienen una inteligencia por
debajo de la media.
10.
Inconsistencia. Exponer para el mismo discurso dos razones que se contradicen,
como cuando un país se prepara para el peor de los escenarios frente a su
potencial adversario militar, pero ahorra en prevención de peligros
medioambientales ignorando las investigaciones científicas, "porque no
están demostradas". O considerar razonable que el universo siga existiendo
siempre en el futuro, pero juzgar "absurda" la posibilidad de que
tenga una duración infinita hacia el pasado.
11.
Non sequitur (no sigue). No reconocer posibles alternativas. Ejemplo:
"Nuestra nación prevalecerá porque Dios es grande". El fallo de esta
hipótesis es que todas las naciones pueden tener la misma certeza.
12.
Post hoc, ergo propter hoc (después de esto, luego a consecuencia de esto).
Asumir que en la sucesión de dos hechos existe una relación de causalidad entre
ellos. Jaime Cardinal, arzobispo de Manila dijo: "Conozco a una mujer de
veintiséis años que parece tener sesenta porque toma píldoras anticonceptivas”.
Otra: “Cuando las mujeres no votaban, no había armas nucleares”.
13.
Pregunta sin sentido. Plantear tesituras imposibles. Ejemplo: "¿Qué ocurre
cuando una fuerza irresistible choca con un objeto inamovible?". El
científico aclara que si existe una fuerza irresistible no puede haber objetos
inamovibles, y viceversa.
14.
Exclusión del medio o falsa dicotomía. Considerar solo los dos extremos en un
continuo de posibilidades intermedias. “El que no quiere a su país, lo odia”.
“Si no eres parte de la solución, eres parte del problema”.
15.
Corto plazo contra largo plazo. Se trata de un subgrupo del epígrafe anterior,
pero, según el autor, tan importante que merece atención especial. Ejemplo:
"No podemos emprender programas para alimentar a los niños desnutridos y
educar a los preescolares. Se necesita tratar con urgencia el crimen en las
calles".
16.
Terreno resbaladizo. Sobreestimar el supuesto peligro de algo. Se generalizan
las consecuencias sin antes probar que son inevitables. Ejemplo: “Si permitimos
el aborto en las primeras semanas de embarazo, será imposible impedir la muerte
de un bebé formado". O al contrario: "Si el Estado nos prohíbe
abortar, aunque sea en el noveno mes, pronto nos empezará a decir lo que
tenemos que hacer con nuestro cuerpo en el momento de la concepción”.
17.
Confusión de correlación y causa. Asumir que entre dos hechos simultáneos
existe una relación de causalidad. Ejemplo: “Una encuesta muestra que hay más
homosexuales entre los licenciados universitarios que entre los de menor
educación; en consecuencia, la educación vuelve homosexual a la gente”.
18.
Hombre de paja. Caricaturizar una postura para facilitar el ataque. Ejemplo:
“Los defensores del medioambiente se preocupan más por los caracoles y los
búhos moteados que por las personas”.
19.
Prueba suprimida, o media verdad. Citar casos individuales o datos que
aparentan confirmar la verdad de una proposición, ignorando una importante
cantidad de información que puede contradecirla, como cuando aparece en
televisión una profecía sorprendentemente precisa y ampliamente citada del
intento de asesinato del presidente Reagan, pero, como reflexiona el
científico, ¿fue grabada antes o después del acontecimiento?.
20.
Palabras equívocas o eufemismos. Utilizar términos confusos, ambiguos o
directamente falsos para maquillar la realidad: La separación de poderes de la
Constitución de Estados Unidos especifica que este país no puede entrar en un
conflicto bélico sin una declaración del Congreso. Por otro lado, los
presidentes tienen el control de la política exterior y la dirección de las
guerras, que son herramientas potencialmente poderosas para conseguir la
reelección. Por lo que los presidentes de cualquier partido político podrían
verse tentados a participar en un enfrentamiento y llamar a esta intervención
de cualquier otra manera: acciones de policía, incursiones armadas, golpes
reactivos de protección o pacificación.
Abanderado
de la duda y la ciencia amena
Carl
Sagan (1934-1996) fue una de las figuras claves de la divulgación científica
del siglo XX. Este astrofísico, astrónomo y cosmólogo estadounidense trabajó como
consultor de la NASA desde la década de los 50, participó en la
investigación de las expediciones Voyager y Galileo, entre otras, y también fue
el creador del Proyecto SETI
de la agencia estadounidense, encargado de la búsqueda de inteligencia
extraterrestre, que continúa en marcha de manera independiente.
Contribuyó
con su obra a la expansión del pensamiento escéptico, y fue ganador en 1978 del
premio Pulitzer por su obra de divulgación Los dragones del Edén:
Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana. Se dio a conocer
al público general por la exitosa la serie televisiva Cosmos, en la que explicaba
de manera fácil y amena los entresijos de la ciencia. Un discípulo suyo, el
también divulgador y astrofísico Neil deGrasse, tomó el relevo y creó una revisión actual de
la serie en 2014.
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