7 diferencias entre un líder y un
champiñón
Por Victor Küppers*. Blog de
Victor Küppers.
Yo no soy un experto en
liderazgo, ni pretendo iluminar a nadie con este artículo porque no sabría.
Seguramente harían falta muchos manuales para definir todo lo que
necesita una persona para ser un buen líder.
Yo me limitaré sólo a hacer
algunas reflexiones sobre un aspecto concreto, su actitud; y no son
consideraciones fruto de mi experiencia personal, solo faltaría!,
sino de lo que he aprendido trabajando con muchos líderes de diferentes
organizaciones.
He tenido la suerte de conocer a
todo tipo de fauna: merluzos, melones, ciruelos pero también he
conocido a personas a las que he admirado muchísimo por su capacidad de
liderazgo.
Últimamente he tenido la suerte
de compartir mucho tiempo con Mikel, uno de ellos. Observándolo y
reflexionando he podido identificar 7 aspectos que diferencian a los líderes
absolutamente espectaculares de los champiñones que pretenden dirigir personas.
1ª. Diferencia: tienen el chip de
estar al servicio de los demás.
Hay personas que sirven para
liderar y hay otras que nunca servirán por mucho que se lo propongan. Hay jefes
chusqueros que piensan que liderar es decirle a los demás lo que tienen que
hacer y verificar que está hecho en tiempo y forma adecuados, como si fuera el
ejercito, pero los líderes saben que su trabajo consiste en ayudar a
los demás para que sean mejores personas y mejores profesionales. Tener ésta mentalidad, esta
obsesión para ayudar a los demás, es un requisito imprescindible. ¿Cuántas
personas conequipos a su cargo lo tienen? Por desgracia son minoría,
porque casi todos piensan en sus objetivos y ven a los demás como un recurso
que les ayuda a conseguirlos. El liderazgo basado en esta
premisa se caracteriza por el control y la supervisión, el egoísmo, la rigidez,
la falta de confianza y la mediocridad, sintiendo como una amenaza a todo aquel
que pueda ser mejor que uno mismo. Cuando uno se centra en ayudar y
servir a los demás para que crezcan y se desarrollen como personas, entonces es
un trabajo brutal y muy gratificante, porque logra sacar lo mejor de cada
persona para que además de “saber” hacer las cosas, “quieran” hacerlas poniendo
sus mejores esfuerzos en ello. La Responsabilidad Social
Corporativa esta de moda, pero muchas empresas la han entendido
como hacer una donación o publicitarla; la verdadera responsabilidad social
empieza por cuidar, tratar bien y preocuparse por las personas que
trabajan en una empresa.
Aquello de que el accionista es
lo más importante, muy predicado en las mejores escuelas de negocio, a mi me
parece un cuento chino, una irresponsabilidad catastrófica. Primero las
personas, luego los clientes y por último el accionista.
2ª. Diferencia: Influyen por su
manera de ser.
La diferencia entre una persona
grande y una persona mediocre no está en sus conocimientos ni en su
experiencia, está en su manera de ser. Los cracks saben que para poder
ayudar a otros a ser mejores, primero tienen que hacer un trabajo interior
enorme para mejorar ellos. Su papel es el de influir, inspirar, transmitir,
motivar y por eso tienen una manera de ser marcada por unos valores y unas
virtudes humanas que admiramos. No conozco ni un líder
espectacular del que no me haya asombrado su manera de ser. No se trata de
estudiar un master o tener un cargo en la tarjeta, se trata de actitud y manera
de ser; sin valores humanos, el líder es un déspota, un tirano, un dictador.
Mark Zuckerberg tiene una
frase genial que dice: “sólo contrato a alguien para trabajar directamente
conmigo si pienso que yo trabajaría para él”.
3ª. Diferencia: saben lo que es
más importante en la vida.
Hay una fase del Dr. Stephen
Covey que me encanta: “lo más importante en la vida es que lo más
importante sea lo más importante”. No es sólo un juego de palabras, que
evidentemente lo es; es también una frase que si uno piensa durante unos
minutos, tiene mucho fondo. El requisito básico para que las personas trabajen
bien es que sean felices. Puede parecer una afirmación superficial o poco
sofisticada, pero es una verdad como un piano. Vivimos en la sociedad de las
prisas, del ya, del consumo, de lo artificial, del envoltorio, en el que el
parecer es más importante que el ser y es una carrera que nos acaba atrapando a
todos y desquiciando a muchos porque olvidamos muchas veces lo que es
importante y acabamos corriendo a toda pastilla hacia ninguna parte. Para que
las personas sean felices tienen que poner en el centro de su vida lo que es
más importante para ellos. Personalmente pienso que nuestro
Proyecto con mayúsculas en esta vida es nuestra familia y, en una época de
máxima exigencia laboral, necesitamos tiempo para equilibrar nuestra vida
profesional con la personal. Los líderes fantásticos lo saben
porque ellos son los primeros en hacerlo y, entendiendo que el trabajo es
importante pero nunca lo más importante, generan y promueven entornos laborales
que ayudan a sus equipos a equilibrar su vida personal y profesional.
4ª. Diferencia: trabajan con las
personas sabiendo que son voluntarias.
Muchos trabajos se han convertido
en una forma de esclavitud moderna en el que las personas ven sus actividades
como una penosa obligación en la que no se divierten ni disfrutan, en la que se
sienten tristes, quemadas, estresadas y tienen una taza con la frase “por fin
es viernes”. Muchos líderes no han entendido
que trabajan con personas que son voluntarias, como si fuera una ONG, al menos
en parte. Todos tenemos un comportamiento “normativo” por el que hacemos todo
lo que tenemos que hacer para que no nos llamen la atención: una forma de ir
vestido, un horario de entrada y salida, unas metodologías y procesos de
trabajo, etc. Es un comportamiento “obligatorio”. Pero las personas también tenemos
un comportamiento “espontáneo”, que es el cariño que le ponemos a lo que
hacemos, las ganas, la pasión, la alegría, el esfuerzo para querer hacer las
cosas lo mejor que podemos. Y este comportamiento es 100% voluntario, no se
puede exigir, el líder se lo tiene que ganar, se lo tiene que merecer, porque
los demás se lo dan sólo si les da la gana. Nadie puede exigir a una persona
de su equipo que ponga el 100% de sus ganas y alegría en el trabajo, que se
deje la piel o que le pregunte al jefe si necesita ayuda cuando le vea apurado;
eso te sale o no te sale, y si el jefe es un mamón, es normal que no salga.
5ª. Diferencia: son personas
amables, agradables, que practican la regla de oro.
En todas las religiones, desde el
cristianismo al budismo, pasando por el hinduismo, el judaísmo o el islam,
absolutamente todas, se predica el siguiente corolario: “trata a los demás como
te gustaría que te trataran a ti”. Puede parecer simple e incluso demagógico,
pero es una verdad descomunal. La vida es simple, no fácil, pero
simple; lo que ocurre es que muchas veces nos encanta complicárnosla o que nos
la compliquen. Seguro que hay sofisticadísimos modelos de liderazgo muy útiles,
pero también lo es esta frase tan simple que casi nunca aplicamos. Hay quien
piensa que es muy genérica, poco concreta. Pues te doy otra, de la Madre
Teresa de Calcuta: “que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta
un poco mejor y más feliz”; aplicarla en cada instante es algo muy práctico que
a veces requiere cuidar las formas al hablar, o tener paciencia para escuchar,
o ser justo con alguien cuando no hay afinidad. Si esta frase se te pudiera
aplicar a ti serías una persona absolutamente apoteósica, pero lo mejor de todo
es que para que esta frase se te pueda aplicar a ti no dependes de nadie, sólo
de tu decisión y compromiso personal. Seríamos mejores personas, mejores
padres, mejores parejas, mejores amigos y mejores líderes. Las personas que admiramos y que
nos ayudan a ser mejores tienen un trato cercano, agradable y alegre, son
educadas y cuidan siempre las formas. Son cosas básicas, lo sé, pero es que las
estamos perdiendo. Por suerte, quedan algunas personas maravillosas, de esas
que conoces y por dentro piensas, “ole, ole y ole!, yo quiero ser como ella”.
Cuando lo piensas, estas delante de un líder.
6ª. Diferencia: hacen sentir
importantes a los demás.
Confían en las personas, por eso
delegan en ellas, las involucran, les preguntan, les hacen participar y logran
su compromiso. Les hacen sentir importantes también porque consiguen que hagan
un trabajo estratosférico. Nadie es bueno para todo, pero
tampoco nadie es inútil para todo. Ayudar a las personas y hacerlas sentir
importantes requiere primero conocerlas para saber cuales son sus dones y en
qué actividad puede desarrollarse mejor. Y paciencia, mucha paciencia! Hay personas que entienden que
los bebés tardan 9 meses en nacer por mucho que te esfuerces y otros son como
el chiste que decía, “Señor dame paciencia, dame paciencia, pero dámela ya!”
Los líderes tiene paciencia y forman, los jefes chusqueros van con prisas y
deforman. Los cracks tienen una obsesión
por buscar lo bueno que tienen los demás, porque saben que lo tienen, y cuando
lo encuentran, les ayudan, les motivan y les exigen, confían y ponen todos los
medios para lograr que tengan un desempeño brutal. Y cuando lo logran, se lo
reconocen y les elogian, porque saben que en el fondo de todas las personas
existe el anhelo de hacer cosas importantes, de aportar algo, de sentir que
contribuyen y que se les aprecia. Reconocer el trabajo bien hecho
de manera sincera es el mayor chute de motivación que alguien puede recibir.
Entonces, esa persona se siente valorada, comprometida, agradecida, y su
rendimiento mejora, es un círculo virtuoso. Hay jefes que creen que hay
personas a las que es imposible motivar; lo que deberían pensar es que hay
personas que estaban muy motivadas hasta que les conocieron a ellos.
7ª. Diferencia: sonríen. Su trato
agradable empieza por su cara.
Sonreír es una virtud enorme que
no valoramos suficiente, como el sentido del humor y la alegría. Las personas
que sonríen y son alegres son mucho más productivas y generan entornos mucho
más eficientes. Hay un proverbio chino que dice, “el hombre cuya cara no
sonríe, no debería abrir una tienda”. Es de cajón! ¿Cuántas tiendas cerrarían en
este país?, empezando por las de los chinos, que no lo han entendido tampoco!
Deberíamos fichar a las personas por su alegría y despedirlas por su mal
carácter, empezando por los líderes. Hemos perdido el sentido común, ¿cómo se
puede pretender ser un buen líder con cara de sepia?
*Victor Küppers
küppers&co. | Conferenciante
Motivacional | Técnicas de Venta.
Camprodon, Cataluna, Spain.
Formación profesional y
capacitación.
Actual: küppers&co.,
Universitat Internacional de Catalunya, Universidad de Barcelona.
Anterior: Barna Consulting Group.
Educación: Universitat
Internacional de Catalunya
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