Sam Cooke, la voz divina del soul
Por: Fernando Navarro
“Había nacido para cantar”. Con esta sentencia, Van Morrison se refirió a Sam Cooke, la voz divina de la música negra, que hizo de maravillosa pasarela entre el gospel y el soul a finales de la década de los cincuenta. Su timbre agudo y puro, repleto de alma, forma parte del mejor legado sonoro de Estados Unidos, como una luz incandescente que alumbra con mayor fuerza cuanto más pasa el tiempo. Banda sonora de una época de cambios sociales, escuchar las canciones de Sam Cooke es sentir el abrazo de la vida: su trágico lamento, su alegría desenfrenada, su melancolía irremediable. A pesar de dejar este mundo con tan solo 33 años, pocos vocalistas han conseguido clavarse tan certeramente en el corazón del oyente.
*Wonderful world.
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