El escritor Alberto Vázquez Figueroa habla sobre Lanzarote desde Madrid, donde vive desde hace poco más de dos años
ARÁNZAZU FERNÁNDEZ. ARRECIFE
- Ha trasladado su residencia a Madrid desde hace algún tiempo. ¿Echa de menos Lanzarote? ¿Cómo ve la isla desde la distancia tras vivir tres décadas en ella?
- Hace dos años y pico que no resido en la isla. Echo de menos el Lanzarote que yo viví, el de los años setenta, ochenta, hasta el 2000, más o menos. Lanzarote ha cambiado mucho. Mis amigos ya se han ido. César Manrique, Alfredo Kraus, Saramago... y el mundo de allí no es lo mismo. Tampoco están ninguno de mis hijos en la isla y yo ya no estoy para viajar casi todas las semanas a Madrid como hacía antes. Claramente, no echo de menos al Lanzarote de ahora. No es el paraíso al que le escribí tantos libros, películas y series de televisión.
- Usted es muy crítico con los políticos y la política. ¿A qué se debe?
- Soy crítico con todos los políticos, cualquiera que sea su hogar y filiación. Son los que nos han llevado a esto y no distingo entre unos y otros. Me dan absolutamente igual. Son una plaga que ha destruido las islas, el país, Lanzarote y el mundo.
- En el caso de Lanzarote, ¿cuál es, en su opinión, el mayor daño que han hecho los políticos a la isla?
- Permitir que se hayan construido todas esas barbaridades, que la isla se haya masificado de esa manera. El día que murió César Manrique [25 de septiembre de 1992] -fui uno de los primeros que le vio muerto, porque cuando me avisaron de que había tenido un accidente me fui enseguida al hospital- lo primero que dije fue: "Se acabó Lanzarote y ya no habrá nadie que les frene los pies a esos avaros y hienas que se van a lanzar a destruir todo lo hermoso que tenía la isla". César era el único capaz de ponerle freno a toda esa canalla política y económica. La situación es irreversible. Cuando se habló de tirar los hoteles volvieron a poner dinero, a corromper a nuevos políticos y qué vergüenza. Los he conocido de pobres miserables y ahora son multimillonarios, de los cuales algunos han pasado por la cárcel y unos pocos siguen en ella. No pagarían ni con toda la vida en prisión con el desastre que han hecho en una isla que era maravillosa.
- Hace algo más de dos años, en mayo de 2009, se iniciaron en la isla las primeras detenciones por la Operación Unión, que trata de esclarecer una supuesta trama de corrupción política y empresarial. ¿Esa investigación judicial debió iniciarse con anterioridad?
- La corrupción no es sólo de Lanzarote. La tenemos en Tenerife, Madrid, Valencia, Mallorca... Siento que esto sea así, y sobre todo, en una isla en la que viví treinta años, porque a pesar de haber nacido en Santa Cruz de Tenerife, me enamoré de Lanzarote. Pero la podredumbre es la misma aquí que allá. A la corrupción en Lanzarote se le tenía que haber parado los pies desde el primer momento.
- Cambiando de tema, ¿en qué punto se encuentra su proyecto para desalar agua?
- Hace poco estuve hablando con la FAO [organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación] y la Oficina Española de Cooperación Internacional porque están muy interesados en que mi proyecto de desalación de agua se pueda realizar en un punto muy concreto del cuerno de África, Somalia, en el lago Assat, que está situado a 155 metros por debajo del nivel del mar pero muy cerca del mar. Diseñé un sistema de desalación y fue el Gobierno español el que hizo los estudios para una planta de iguales características en el mar Muerto. La FAO y la Agencia Española de Cooperación Internacional creen que con mi desaladora se puede suministrar una gran cantidad de agua y alimentos al norte del cuerno de África. Mi proyecto sería para muy a largo plazo y no solucionaría el problema de los que se están muriendo ahora mismo ni de los que se van a morir en los próximos dos años, pero están de acuerdo en que no pueden seguir año tras año mandando alimentos y camiones con agua. Hay que producirles agua para que la población se produzca sus alimentos.
- ¿Cuánto dinero haría falta para ejecutarlo y quién lo financiaría?
- Depende del tamaño de la planta que se quiera hacer. El coste es alto pero luego se puede vender la electricidad a los países vecinos, incluido Arabia Saudí, que está al lado, con la energía que generaría el salto de agua hacia el lago. Se crearían puestos de trabajo y se daría de comer y beber a la población. Hace cuatro o cinco años estuve en la frontera entre Kenia y Somalia y veía llegar a los aviones cargados con comida y ahora vemos que las mujeres abandonan a los niños más débiles en el camino para que se mueran y continúan caminando para intentar salvar a los más fuertes. Se me cae el alma a los pies.
- ¿Ve viable el proyecto del ingeniero francés Georges Mougin de remolcar icebergs desde Canadá, haciendo escala en Canarias, para acabar con la sed en África? El viaje piloto llegaría a Lanzarote en 2014.
- Esa idea ya la intentó poner en marcha hace veinte o veinticinco años Arabia Saudí desde el Polo Sur y se llegó a la conclusión de que al final lo que iban a llegar eran tres cubitos de hielo para una nevera. ¿Cuánto dinero se gastarán en petróleo para el transporte de los icebergs desde Canadá hasta África, a lo que habría que sumar gastos de los trabajadores de la expedición, desprendimientos de los icebergs...? El precio es brutal y el agua se vendería muy cara. Hay que hacer los números antes.
- Por otro lado, me gustaría conocer qué opinión le merece el escándalo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que ha forzado la dimisión de su presidente, Teddy Bautista.
- Son una partida de sinvergüenzas y lamento que haya varios canarios ahí metidos. Soy socio de la SGAE y me pagaban un dinero por la venta de mis películas y series de televisión, porque como escritor y novelista no estoy en la SGAE. Hace años que casi no pagaban y me preguntaba cómo era eso posible. La SGAE era el orgullo de este país y funcionaba maravillosamente, la gente era muy agradable, si algún autor tenía problemas le adelantaban dinero para que saliera adelante... Todo era perfecto hasta que han llegado unos sinvergüenzas y se lo han robado todo. Está todo corrompido.
- ¿Tiene nuevos proyectos literarios?
- Dentro de poco sale una nueva novela y ahora estoy terminando otra que me tiene muy entusiasmado. También estoy preparando una serie para Televisión Española sobre una obra de teatro mía que se llama La taberna de los cuatro vientos, y una película sobre Garoé, la novela sobre la isla de El Hierro. En el mundo que vivimos tienes que vivir el día a día y no estar a la expectativa porque no puedes esperar nada de nadie.
- ¿Por qué ha decidido ceder gratuitamente sus novelas por Internet?
- Si me piden una novela como Tuareg, de la que he vendido más de tres millones de ejemplares en el mundo, ya la he amortizado completamente. No me cuesta nada que cualquier persona me pida una novela, facilitársela y regalársela. No por eso voy a ser más o menos rico. Ahora los ciegos me pueden leer, porque se pueden descargar las novelas e imprimirlas en sistema Braille. Prefiero que me lean gratis a que no me lean. Ya he venido 25 millones de libros en el mundo.
- Al comienzo de la conversación usted afirmó que no echa de menos Lanzarote. Tal vez no le inspire para una nueva obra.
- No pienso escribir una palabra más sobre Lanzarote. Quiero aclarar que una cosa es la población y otra los que han destruido la isla. Puedo escribir mucho a favor del pueblo lanzaroteño, pero nunca le diré a nadie que vaya a Lanzarote para que ganen más dinero todos esos que convirtieron la isla en lo que ahora es. Son dos conceptos diferentes.
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