El huracán Irene sigue su avance hacia la zona noreste de Estados Unidos, en un trayecto que podría llevarle desde Carolina del Norte hasta Nueva Inglaterra, pasando por Washington y Nueva York. En una zona poco acostumbrada a tormentas de semejante fuerza, Irene ya ha provocado numerosas evacuaciones preventivas; cancelaciones de rutas ferroviarias y aéreas, y que cinco estados se hayan declarado en situación de emergencia.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha anunciado evacuaciones en ciertas áreas bajas de Nueva York con más riesgo de sufrir el impacto de las olas, y en las que se estima que viven unas 250.000 personas. Ya se han producido evacuaciones preventivas sobre todo en zonas costeras, pero los meteorólogos han advertido de que los fuertes vientos huracanados de Irene llegarán hasta zonas situadas en el interior, como Virginia Occidental o Pensilvania. "Esto no es algo que sólo vaya a afectar a las zonas costeras", ha explicado en una conferencia el director del Centro Nacional sobre Huracanes, Bill Read.
"Todo indica a que éste va a ser un huracán histórico", ha dicho hoy el presidente Barack Obama desde su retiro vacacional en Massachusetts. "No puedo insistir lo suficiente sobre este punto: no hay que esperar, no hay que retrasar las decisiones. Hay que prepararse para lo peor. Debemos tomarnos esta tormenta muy en serio". El presidente ha decidido adelantar el fin de sus vacaciones y regresar hoy al trabajo en Washington.
Se prevé que Irene toque tierra en EE UU mañana, cerca de la localidad de Wilmington, en Carolina del Norte, a las 17:00 (23:00 en la España peninsular). El huracán se acercaba a ese punto con vientos de 177 kilómetros por hora, lo que le convierte de momento en una tormenta de categoría dos. Sin embargo, el Centro Nacional sobre Huracanes espera que se intensifique y tome fuerza en las próximas horas y pase a categoría tres, con vientos de hasta 185 kilómetros por hora.
Hay aproximadamente 60 millones de personas que residen en zonas por las que se prevé que pase el huracán. Aquí en la capital federal, el gobierno ya ha distribuido sacos de arena para prevenir inundaciones y ha advertido de posibles cierres en el sistema de transporte público. Lo mismo ha sucedido en Nueva York, donde el gobernador ha anunciado el cierre del sistema de transporte público a partir de mañana al mediodía (seis de la tarde hora peninsular). Ha habido evacuaciones de hospitales en zonas costeras y cercanas a los ríos y los gobiernos locales han pedido a los ciudadanos que se aprovisionen de alimentos y han advertido de probables cortes de luz.
Muchas aerolíneas cancelaron vuelos ya desde ayer. Jet Blue, por ejemplo, anuló 437 trayectos en la zona noreste del país. Amtrak, la empresa ferroviaria gubernamental, anuló provisionalmente sus trayectos al sur de la capital federal y redujo algunas líneas en el norte.
Se cumplen este año seis meses de los destructivos efectos del huracán Katrina en el golfo de México. Desde entonces, sólo la de 2008, con Iker y Gustav, fue una temporada de huracanes con considerables daños materiales en EE UU.
DAVID ALANDETE - Washington - 25/08/2011
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