Hay niebla donde vivo y desde arriba casi no se ve el jardín. Parece que el tiempo acompaña a este fin de semana de desasosiego: los militares toman las torres de control de los aeropuertos, el Gobierno declara el primer estado de alerta de la democracia y el país aplaude las medidas. Sinceramente espero no estar siendo testigo de algo grande (en el peor sentido de la palabra). En tiempo de crisis las cortinas de humo son demasiado peligrosas y es mejor no recordar algunos momentos de la historia que empezaron con situaciones similares. Lo mejor será que me meta en la cama, coja un libro y lea hasta quedar rendido. Igual sueño con tiempos mejores.
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