
Disfrutamos este fin de semana de un estupendo viaje a Lanzarote. Un tiempo muy bueno, una temperatura ideal y la casa donde nos quedamos nuevamente, "Los Lajares", bajo el Volcán de la Corona, muy cerca de Órzola, un auténtico lujo. Esta vez no tuvimos ningún problema con la luz y el agua y compartimos la estancia con una pareja de gatitos.


La pena es que, entre una cosa y otra, no conseguimos sentarnos en el comedor a jugar a las cartas como en el viaje anterior, una de las noches, por cierto, donde más me he reído en los últimos años.

Visitamos el Mirador del Río, La Cueva de los Verdes, La Villa (donde vive y trabaja Blanca), Masdache (como siempre Zori y Jorge unos anfitriones increíbles), Arrieta, Punta Mujeres, Playa Honda... Condujimos un Saab descapotable, delante como conductor o copiloto, detrás sobando como un lechón, y hasta tuvimos nuestra pequeña experiencia a lo 'Livingstone supongo' mientras Gloria y yo descubríamos Tabayesco.

Pablo, Pacote y Juan se dedicaron a surfear, Bea y Marta a disfrutar de la playa y Gloria y yo a redescubrir el norte de Lanzarote sintiéndonos sendos marqueses.

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