Yo tenía que estar en Nueva York en fin de año, esos eran los planes. Por una serie de circunstancias no ha podido ser. Me consuela pensar que, al menos, Mayi y Toni disfrutarán la ciudad por mi.
Recuerdo que la última vez hacía mucho frío y pasaba cada noche, de vuelta al hotel, por la pista del Rockefeller a ver patinar un rato. Creo que pasear por las noches aquí es ya un rito; se respira el aire de la ciudad.
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