Si para Isabel II su annus horribilis fue 1992 ó el 2012, según los Mayas, será el año fatídico, el mío, sin duda alguna, lo fue el 2002. Hablaré únicamente de la inundación, ya que todo aquello queda muy lejos. Tras las ya famosas lluvias sobre Santa Cruz de Tenerife, el 31 de marzo, mi casa quedó sumergida bajo las aguas, completamente, un metro. Sólo se pudo entrar cuando el nivel bajó hasta los tobillos y, alumbrando con dos linternas, nos encontramos un caos difícilmente describible. Las cosas perdidas fueron sólo eso, cosas, y no hay que llorar por ellas; ahora, sí siento el que haya desaparecido bajo las aguas (desde aquel día la que fue mi casa es conocida como "Villa Titanic" entre mis amigos) mi colección de fotos y parte de la biblioteca, sobre todo mis libros de viajes. Así pues mis experiencias viajeras, salvo las fotos más modernas que quedan en formato digital, han pasado a peor vida.
Después de 3 meses viviendo en El Médano volví a Villa Titanic, húmeda y triste. Ordené, tiré lo inservible y arreglé mi cuarto que se convirtió en mi casa hasta que pude mudarme a "Pin y Pon". Al cabo de tres años llegaría "Villa Augusta".
Comenzaré poco a poco a rememorar mis viajes hasta la fecha, en Europa, África y América. Del de Nueva Zelanda ya he dado buena cuenta en mis crónicas anteriores.
Recuerden, ¡a vivir que son dos días!
1 comentario:
Hola Jose!
Me gusta la imagen que has puesto, además tiene mucho que ver con mi post de anoche. :)
aloha
dani
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