No se me ocurre hoy nada original para el título de lo que se me pasa por la cabeza. Basura, una palabra fácil, sencillita y que dice tanto y tan poco a la vez. Llevamos unos días alimentados a base de Primperán (metoclopramida, 1mg/ml, solución oral, cada 8 horas). No sé cuándo cambiaremos de dieta, no tengo mucha esperanza en ello. Desgraciadamente son cada vez más cosas las que nos provocan el vómito, las náuseas. Ya no la manzanilla (su olor ya me pone malo), esta vez la lista de las especias que lo aderezan todo, escritas en una suerte de idioma esperantil, es profusa: hermanísimo, novioyexnovio, eleccionesanticipadas, puigdemont, pedrosánchez, feijóo, dimitausted, cállesemajadero, ytúmás, inspecciónsalvaje, ubicuokoldo y algunas más que no recuerdo, ni falta que hace.
Los últimos años de le talebasura y sus programas coprofágicos se caracterizaron ¡a saber si siguen igual! por despellejarse entre los participantes, entre los "periodistas" que formaban parte del propio espacio. Se echaban en cara unos a otros sus miasmas, se sacaban los ojos como cuervos criados unos con otros, que es lo que eran más o menos. Y nos parecía que no se podía caer más bajo, que se había exprimido la mierdifórmula televisiva hasta la sangre final. Pero no, he aquí que la realidad vuelve a supera a la ficción y llegamos al cenit, testigos de cómo el Parlamento de España ¡España! se ha convertido en un plató de televisión, en un Sálvame deluxe, en un Tómbola, en un asco, en the worst.
Nosotros, los ciudadanos, los españolitos de bien, la chusma, la plebe, los contribuyentes, los pringados, los madrugadores, los proletas, o sea todos los que no son ellos (y somos mayoría, aunque no lo parezca a simple vista), importamos menos que nada, somos los leprosos de Ben Hur, los invisibles de Tom Percival, los transparentes de Onsjaki, el marlín de Hemingway, la perla de Steinbeck, el Jamal de Slumdog, las hijas de Bernarda Alba...
Tenemos suerte de vivir aquí, estamos en buenas manos.
Lástima que no se saquen los ojos en alguno de sus esperpénticos programas en el hemiciclo como el de ayer.
Y tú más, y tú más, y tú más, y tú más, y tú más, y tú más, y tú más, y tú más, y tú más, y tú más, y tú más. Elevado a infinito.
PD. Estoy nervioso porque aún faltan unas horas para que abra la farmacia del pueblo y se me está acabando el jarabe.
♫
Los Panchos, *Basura.
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