El viernes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, multitudinaria manifestación en Madrid, nosotros en el Reina Sofía esa tarde. El sábado, mientras nos encaminábamos al Matadero, nueva manifestación, esta vez menos populosa (4 gatos, dijeron las malas lenguas) contra la amnistía catalana, cómo no, organizada por los de siempre. Los allí presentes, junto a la Cibeles, entonaban muy felices una educada y respetuosa cantinela que decía así: ♫¡Peeedro Sáncheeez, hijooo de putaaa!♪. Un poco de todo, ya ven.
Sí vimos, en cambio, una magnífica exposición temporal, como era de esperar, en el Thyssen, en esta ocasión de Isabel Quintanilla (por cierto, su biografía es apasionante). Obra de gran realismo, retratos íntimos de sus casas, de sus viajes, de su vida. Un placer para los sentidos. Del Thysen al Reina Sofía donde, sin olvidar la visita obligada al siempre impactante Guernica de Picasso, nos sumergimos en la antológica exposición de Antoni Tàpies, al que amas o al que odias. Varias salas dedicadas al pintor que recorrimos sin prisa y sin pausa, visita algo azarosa al final. Entre una y otra nos dio tiempo de darnos un salto a CaixaForum, donde nos interesaron las exposiciones "Arte y Naturaleza" y "Horizonte y límite. Visiones del paisaje". Oferta cultural en el siempre magnífico edificio.
Tres de cuatro el primer día (la Biblioteca Nacional no fue posible), nos esperaba Matadero Madrid el sábado por la mañana y teatro por la tarde. En esta viaje compramos entradas para el musical "We will rock you", sobre Queen, que estuvo bien, entretenido sin más, en un teatro más bien pequeño pero con nombre rimbombante. Buenos cantantes pero puesta en escena floja.
Antes habíamos pasado la mañana viendo el remozado matadero municipal reconvertido en un interesante centro de arte contemporáneo -al que yo le hubiera cambiado el nombre, sin dudarlo-. Nos apuntamos a una visita guiada que aguantamos no más de media hora, al percatarnos que tanta explicación sobre cabezas de ganado, salas de degüello, despiece, etc., era más que innecesaria. Nos dimos un paseo por las instalaciones, entramos en varias exposiciones y volvimos al centro para ir al teatro.
Cena, paseíto de vuelta al hotel y a la cama.
Un resfriado que aún conservo, exposiciones todas interesantes y poco más que añadir salvo las consabidas, mudas y caóticas imágenes que, valiendo más que mil palabras ilustran, a su vez, mi pequeña crónica.
¿Lectura? "El Murciérlago", de Jo Nesbø.Museo Thysen-Bornemisza
CaixaForum
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