miércoles, 10 de agosto de 2022

TARDE DE MIÉRCOLES

Sentado en mi despacho contesto algunos correos, borro otros y disfruto viendo cómo el cielo se va oscureciendo y cambia de color hacia un gris que quizá augura algo de lluvia. Esto es lo que tiene vivir en una isla como Tenerife, a casi mil metros sobre el nivel del mar, donde podemos tener unos 10° menos que en la costa y, si prefieres el frío al calor, en verano es un paraíso. Esta tarde me ha dado por pensar en lo injusto de algunas situaciones -que no voy a contar por salud mental, por aquello de no verbalizarlo para que no vuelva a dañar-, en cómo la literatura o el cine resolverían estas situaciones antes de que termine la novela o la película, acabando con una lágrima en el ojo. La vida real no es tan sencilla, ni siquiera los deterministas pueden encontrar la fórmula mágica para resolver ciertas cuestiones. El cinismo doctrinal que podemos ir adquiriendo ayuda un poco, lo sé, pero no es suficiente. 
¿Dónde está la justicia divina de la que hemos oído hablar toda la vida? 
José González, *Stay Alive.

No hay comentarios: