Belfast, la nueva Belfast, se mira en el espejo de Bilbao para ofrecer una ciudad moderna y se sacude, en la medida de lo posible, sus fantasmas del pasado, que son muchos, a pesar del Brexit. Si en el norte de España fue el Guggenheim, en Irlanda del Norte lo es el Museo del Titanic. Ya cuando uno aterriza en uno de los dos aeropuertos de Belfast todo huele a Titanic. Una ciudad para conocer, entretenida y que te sorprende, y que sirve para tener una idea más global de la isla irlandesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario