Hoy se celebra en España el Día de la Madre. Independientemente de los orígenes de esta celebración -todo apunta a un simple e inteligente acuerdo comercial-, este día ha entrado a formar parte de nuestro calendario fiestero patrio. Claro que antes no teníamos esta facilidad para felicitar, ya no es necesario ni siquiera el teléfono o visitar a la homenajeada, no. Basta ahora con enviar un whassap, un sms, un mensaje al facebook, etc. ¿Qué nos ha traído tanda democratización mensajera? pues que ahora no sólo se felicita a la madre de uno sino a todas las madres del mundo (ya hasta el nombre ha dado paso al Día de las madres). Más aún, a la propia madre, a las amigas que son madres, a las madres en general, a las que no lo son porque han tomado esa decisión, a las que no lo son porque no han podido, en fin, a algo más de la mitad de la población mundial.
Pues que me perdonan mis amigas, las que no lo son y las que sí, las madres del mundo y las mujeres en general porque yo no las felicito hoy. A mi madre ya lo he hecho, por supuesto, que una cosa no quita la otra.
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