Dice la canción que ningún hombre es una isla, y es cierto. Pero, ¡cuánto daría a veces por ser una! La verdad que igual que odio los conflictos también la ineptitud, la caradura, la incorrección, la mala educación, al que se ríe en tus narices sin saber cómo reaccionar, el egoísmo, el "sálvese quien pueda" o el "me vengo a enterar ahora", al que nada y guarda la ropa, al que se cree el ombligo del mundo, al mediocre con ínfulas. Pensándolo bien odio muchas cosas, aunque hay otras veces que pienso que quizá no sean suficientes. Todo esto es la más simple Ley de Newton, acción y reacción; la pena es que mucha acción y poca reacción, mea culpa.
The Script, *No man is an island.
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