Llegué ayer a casa con la lengua fuera por lo intenso del día. Volé a Lanzarote a las 7 de la mañana y a las 6 estaba de vuelta en Tenerife después de haber hecho allí algunas gestiones. Casi nada más llegar debía volver a salir a visitar una estructura, por lo que finalmente no pude cambiar el modo vital hasta casi las 20:30. Ducha, cena y 10 minutos de tele que no dio ni para ver un capítulo completo de la serie escogida. Intenso sí, cansado también. Hoy, tras desayuno y supermercado, sábado casero.
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