martes, 1 de mayo de 2018

PREGUNTAS CON RESPUESTAS

Igual que no podamos sustraernos a la actualidad futbolística, aunque a uno no le guste este deporte, tampoco es posible no pensar en todo lo que ha ocurrido en España a colación del juicio a "La manada" -hasta el nombre ya da miedo-. Leo declaraciones de políticos, de jueces, de mujeres, de periodistas, de gente corriente de la calle y, asombrosamente, podría decir que estoy de acuerdo con todos ellos. ¿Cómo es posible esto? Supongo que, como no soy abogado, puedo permitirme un pensamiento caótico, ¿verdad?
¿Deben meterse los políticos en la justicia? NO.
¿Debe no haber injerencia entre los poderes del Estado? SÍ.
¿Debe la ciudadanía imponer su criterio en temas penales? NO.
¿Debe influir la ciudadanía en el cambio de las leyes? SÍ.
¿Debe legislarse a golpe de manifestaciones? NO.
¿Deben influir las manifestaciones en las leyes? SÍ.
¿Son los jueces  infalibles? NO.
¿Deben ser las leyes iguales para todos? SÍ (pero para todos, ¿eh?).
¿Son los jueces personas normales y corrientes con tendencia políticas, machistas, feministas, carnívoros, vegetarianos, solteros, casados, con hijos y sin ellos...? SÍ.
A ver, me he hecho un lío entre tantos síes y noes, pero todo tiene una explicación sencilla, al  menos en mi cabeza. Trataré de explicarme con algunos ejemplos: hace pocos años, menos de los que creemos, sucedían cosas como éstas en España:
- La mujeres necesitaban permiso paternal o marital para abrir una cuenta corriente.
- Las mujeres no votaban (como curiosidad diré que fue Suiza, sí ¡Suiza!, el últimos país de Europa en aprobar el voto femenino).
- El adulterio era en un sentido, en el otro "era otra cosa".
- Las mujeres accedían a cerreras universitarias como filosofía, estudiaban magisterio, enfermería. Para entendernos, "carreras de mujeres".
- Las lesbianas y los gays eran maleantes y como a delincuentes se les trataba.
¿Cómo hemos llegado a lo que tenemos hoy? Fácil, evolucionando, dejando atrás estas cosas que, con nuestra mentalidad de hoy, nos parecen anacrónicas, trasnochadas y hasta imposibles de creer en muchos casos. Y vuelvo a preguntar, ¿cómo hemos evolucionado? Pues escribiendo, viajando, leyendo, pensando, manifestándonos... ¿Y no son los jueces parte de la sociedad? ¿no lo son los políticos? Ellos han tenido que avanzar al mismo tiempo, aunque desgraciadamente pocas veces ha sido a la misma velocidad,  pero se va consiguiendo. Por eso, a día de hoy, entrado ya el siglo XXI, ¿cómo puede uno permanecer impasible ante la sentencia de "La manada"? No, no puede, no es no e intentar maquillar una violación con toda clase de conceptos jurídicos indeterminados es terrible e inexplicable para casi todo el mundo. ¿Injerencia? No, pero ceguera tampoco. Si hay que cambiar las leyes pues ¡hagámoslo! ¡cambiémoslas! Que no vuelva a repetirse una sentencia escrita de esta manera donde la víctima llega a ser el verdugo, donde si no te matan no te has resistido suficientemente, donde se ponen diferentes niveles de violencia defensiva. Pero, ¿es que no ha quedado claro aún? Es tan sencillo como decir no, listo.
Me van a perdonar, pero yo, en este caso, al ministro Catalá lo entiendo y al juez que con su voto particular los absolvía no. Menos mal que pensar no es aún ilegal.

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