*Se mai senti spirati sul volto.
*Come ti piaci imponi/ Fan mille affetti insieme.
La clemencia de Tito (título original en italiano, La clemenza di Tito) es una ópera seria en dos actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en italiano de Caterino Tommaso Mazzolá, basado en Pietro Metastasio. Lleva por número KV 621.
Fue compuesta para la coronación de Leopoldo II de Austria como rey de Bohemia. Muestra la imagen de un gobernante recto pero clemente con su pueblo, incluso ante un intento de asesinato contra su persona preparado por Vitelia y llevado a cabo por Sexto, su amigo.
Se estrenó en el Teatro Nacional de Praga el 6 de septiembre de 1791. Es un “drama serio per musica”, con texto en italiano. La partitura y la trama presentan similitudes con La clemencia de Escipión, de Johann Christian Bach, habiéndose señalado la posible influencia de esta obra sobre la de Mozart.
Durante largo tiempo, los eruditos mozartianos consideraron que Tito era una obra inferior, dentro del repertorio del compositor. Alfred Einstein en 1945 escribió que lo “acostumbrado es hablar en tono desdeñoso de La clemencia de Tito y despreciarlo como el producto de prisa y fatiga”; en cierta medida, él mismo sigue esa línea despreciativa al considerar que los personajes son meras marionetas, por ejemplo, “Tito es sólo una mera marioneta que representa la magnanimidad” y afirmando que la ópera seria era ya una forma moribunda (Einstein, Mozart). Los críticos hablan de una obra fría, con la rigidez de la ópera seria, estatuaria, otoñal, muerta, señalando la falta de entusiasmo del compositor por un tema que no le interesó (Abert y Mila); se refieren a una belleza marmórea, casi funeraria (Mila); o bien acaban concluyendo que es “una simple ópera al uso” (Dal Fabbro).
Sin embargo, en años recientes esta ópera ha sido revalorizada. Stanley Sadie considera que esta obra muestra a Mozart "respondiendo con música de refinamiento, nobleza y calor a una nueva clase de estímulo" (New Grove Mozart). Mozart representa los sentimientos a través de los recursos del canto abstracto. Éste es un planteamiento consciente por parte de Mozart, quien quería expresar la psicología de los personajes exclusivamente en términos musicales (A. Poggi).
“Hoy descubrimos por fin en La clemencia de Tito una composición de notable introspección psicológica, que nos ofrece por lo menos una hora de la mejor música jamás escrita por Mozart. Lo cual basta para concederle el don de la inmortalidad” (Robbins Landon, citado por A. Poggi).
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