Entramos en un pequeño café, pedimos y nos sentamos
en una mesa. Luego entran dos personas.:
- Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres
"pendientes".
Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se
van.
Pregunto:
- ¿Cuáles son esos “cafés pendientes”?
Me dicen:
- Espera y verás.
Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden
siete cafés:
- Tres son para nosotros, y cuatro “pendientes”.
Pagan por siete, se toman los tres y se marchan.
Después un joven pide dos cafés, bebe sólo uno, pero paga los dos.
Estamos sentados
y, de repente, aparece un hombre vestido muy pobre y pregunta en voz baja:
- ¿Tienen algún "café pendiente"?
- ¿Tienen algún "café pendiente"?
Este tipo de
caridad, por primera vez apareció en Nápoles. La gente paga anticipadamente el
café a alguien que no puede permitirse el lujo de una taza de café caliente.
Esa costumbre ya ha salido de las fronteras de Italia y se ha extendido a
muchas ciudades de todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario