http://agenciasinc.es/Noticias/Las-ballenas-azules-se-broncean-para-protegerse-de-la-radiacion-ultravioleta
Las
ballenas utilizan distintos mecanismos para contrarrestar los efectos nocivos
de la radiación ultravioleta según la especie. Las azules tienen el potencial
de broncearse, mientras que la ballena de aleta y el cachalote incrementan la
expresión de ciertos genes relacionados con la reparación del daño provocado
por el sol, según una investigación de centros mexicanos, ingleses y
estadounidenses.
Los
científicos han demostrado que los rayos ultravioleta (UV) pueden causar
lesiones en la piel de las ballenas. Investigadores de varias instituciones
inglesas, estadounidenses y mexicanas han recogido ahora, en un artículo que
publica Nature, los efectos
genéticos de la exposición a rayos UV en muestras de piel de ballenas azules (Balaenoptera musculus), de aleta (Balaenoptera physalus) y cachalotes (Physeter macrocephalus).
“Observamos
daños provocados por la radiación UV a nivel del ADN, en particular del ADN mitocondrial (ADNmt). Este es
un hecho importante porque no pueden ser reparados –a diferencia del daño en el
ADN nuclear–. Estos perjuicios se identifican como una acumulación de bases en
regiones donde no deberían estar, es decir, son mutaciones”, declara a SINC
Karina Acevedo-Whitehouse, científica de la Universidad Autónoma de Querétaro
(México) y coautora de la investigación.
Las
muestras con las que trabajaron los investigadores fueron biopsias de piel de
las ballenas, de las que se obtenía el ADN y el ARN (este último para
cuantificar la expresión de los genes de interés). Se recogieron en el Golfo de
California, entre 2007 y 2009.
“Podríamos
decir que tenemos evidencia de que las ballenas azules tienen el potencial de broncearse. Observamos que a lo largo de la
temporada estas ballenas incrementaban la expresión de genes claves
relacionados con la producción de melanina”, explica la investigadora.
Sin
embargo, esto no ocurría en las otras dos especies, la ballena de aleta o
rorcual común y el cachalote, que son más oscuras que la ballena azul. Parece
que su protección al sol estriba en el incremento en la expresión de genes
relacionados con la reparación del daño provocado. En concreto, las ballenas de
aleta tienen la incidencia más baja de quemadura de los cetáceos estudiados.
"Las
ballenas de aleta tienen la incidencia más baja de quemadura de los cetáceos
estudiados"
Color de la piel y tiempo en superficie
Los
investigadores creen, por tanto, que los rorcuales comunes tienen menos daños
provocados por la radiación UV porque
son más oscuros, lo que les confiere ya cierta protección, y porque permanecen
poco tiempo en superficie. Su patrón de buceo es muy distinto al del cachalote,
que permanece hasta 45 minutos en superficie.
También
registraron un incremento de los niveles de la proteína Hsp70 en los
cachalotes. Según Acevedo-Whitehouse, “que tengan mayores niveles de Hsp70 lo
explicamos como un reflejo de la actividad celular en respuesta a la radiación
solar. Como ellas ya no pueden pigmentarse más, entonces incrementan la
actividad de sus mecanismos de reparación de daño”.
“Nuestro
estudio proporciona información sobre las estrategias evolutivas que han
marcado a estas especies y, por otro lado, pone en evidencia que –además de
otros factores– la radiación solar contribuye al estrés ambiental al que se
enfrentan estos animales. Es necesario seguir trabajando para conocer los
efectos a largo plazo”, concluye.
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