Rafa Nadal avergüenza a los políticos tras el ridículo
olímpico
El tenista Rafa Nadal se
ha negado a utilizar un avión privado que le ponía la federación española de
tenis para disputar la Copa Davis: “Tal y como está el país no creo que sea el
momento de hacerle pagar un viaje al Estado”. Sin embargo, numerosos políticos
regresaron a España desde Argentina en el “jet” de Florentino Pérez y en el
avión de Mariano Rajoy, incluida Ana Botella, que dejó tirada a la delegación
española que venía en el más incómodo vuelo regular, también pagado con dinero
público. Y es que en Buenos Aires, independientemente del ridículo final, se
vivió una larga “fiesta” con cargo al contribuyente español: estancias en hoteles
de cinco estrellas, opíparas comidas en el Hotel Hilton y ministros, asesores,
alcaldes y hasta concejales que se apuntaron a la fiesta autoinvitándose, entre
ellos incluso varios políticos de pueblos de Madrid. La conexión de televisión
falló, Ana Botella hizo sonrojar a millones de españoles con su inglés
chapucero, una pregunta sobre la destrucción de pruebas (bolsas de sangre) por
orden de la jueza Julia Patricia Santamaría que investigaba el dopaje (y no fue
sancionada por el CGPJ) aireó la situación de la justicia en España, la
delegación española no prestó atención a los discursos… Si a ello sumamos la
masiva corrupción política, la ruina económica, el paro descomunal, la
falsificación de encuestas y datos que habitualmente practican nuestras élites,
el despilfarro en el gasto público frente a la extrema crueldad extractiva
hacia los ciudadanos, era previsible que la pregonada y anunciada victoria de
Madrid como sede de los Juegos Olímpicos fuera tan solo la última mentira que
la clase política y mediática española quiso hacer tragar a los ciudadanos. Y
como era de esperar, cuando se consumó la derrota, al menos dos aviones
privados recogieron a políticos y empresarios en su regreso a Madrid, mientras
la delegación olímpica española se quedaba tirada en Buenos Aires para volver
en vuelo regular.
Los dos aviones privados
que huyeron rápidamente de Buenos Aires tras la semana de fiesta con cargo al
contribuyente pero con amargo final fueron el del presidente del Real Madrid,
Florentino Pérez y el del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En el primero
viajó el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, acusado de
corrupción por el sindicato policial SUP, que investigó una casa suya en
Marbella como pago por un cohecho, asunto también frenado en instancias
judiciales. Allí tan solo pudo subir el jugador de baloncesto Felipe Reyes.
Al segundo avión se
encaramó Ana Botella, que tras su desastroso y cómico discurso en Buenos Aires,
dejó tirada a la delegación olímpica y regresó con los otros políticos en su
avión privado, concretamente con Mariano Rajoy, García Margallo, José Ignacio
Wert, José Manuel Soria y el jefe de la Oficina del presidente de Gobierno,
Jorge Moragas. Este avión realizó el vuelo de ida procedente de Moscú e hizo escala
en Las Palmas, donde se bajó el ministro de Economía, Luis de Guindos, que a su
vez regresó a Madrid en otro vuelo. Por contra, el tenista Rafael Nadal, en un
gesto ejemplar, rechazó el ofrecimiento de la federación española de tenis para
que con dinero público viajase en un avión privado desde Nueva York para
disputar en Madrid la Copa Davis frente a Ucrania: “Tal y como está el país no
creo que sea el momento de hacerle pagar un viaje al Estado”.
Y es que nuestros cargos
públicos gastan a manos llenas y no pueden evitarlo. Ana Botella fue vista en
Patio Bullrich, uno de los centros comerciales más lujosos de la capital
argentina, donde tiró de tarjeta de lo lindo. La periodista Beatriz Candel,
desde Buenos Aires, fue testigo de las opíparas comidas que se dieron los
políticos españoles: “el resto de la delegación de Madrid 2020 está almorzando
en una zona anexa al hotel Hilton de la capital argentina, donde se celebra la
asamblea del movimiento olímpico” o “La delegación de Madrid en Buenos Aires se
ha retirado a reponer fuerzas después de la presentación“… Otro periodista,
Juan Jiménez, tomó nota de como a nuestros políticos les gustan solo los
hoteles de cinco estrellas: mientras la delegación olímpica se alojaba en un hotel
NH City Tower, otros lo hacían “en el Hotel Hilton, donde Alejandro Blanco y
Ana Botella hacen lobby noche y día” junto a Teresa Zabell, ex-eurodiputada del
PP “y Samaranch junior”, el hijo del presidente del COI que heredó la canonjía
de su padre.
A la “fiesta” del viaje
a Argentina se apuntaron también alcaldes y concejales de las ciudades subsedes
de Madrid: Rita Barberá (Valencia) -que lo hizo en pleno proceso de imputación
por el “caso Urgangarín”-, Córdoba (José Antonio Nieto (PP), Málaga (Francisco
de la Torre, PP, con una extensa delegación), Getafe (Juan Soler, PP), así como
representantes de Barcelona, Zaragoza, Valladolid y hasta de Paracuellos del
Jarama, pues se vio también a su alcalde, Fernando Zurita (PP). En el segundo
viaje a Buenos Aires, dos días antes del acto, embarcaron en la T1 de Barajas
en un vuelo de Air Europa otros 180 invitados, entre ellos la actriz Amaia
Salamanca y Javier Hidalgo, el hijo del dueño de “Air Europa”. Lo poco que le
importaba la puesta en escena a nuestros políticos y lo mucho que disfrutaron
en el viaje lo revela una anécdota: el asesor de Rajoy, Jorge Moragas, y el
alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, no paraban de hablar a la espalda de
Letizia Ortiz cuando hablaba Felipe de Borbón en la tribuna. Esta falta de
educación provocó que Letizia se girara hacia la fila trasera y con el dedo
índice de la mano derecha en los labios, les pidiera a ambos que se callasen.
La reacción de Moragas fue volver la cara hacia la princesa y devolverle un
gesto similar al suyo.
http://www.ecorepublicano.es/2013/09/rafa-nadal-averguenza-los-politicos-que.html
Fuente: www.espiaenelcongreso.com
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