2005. Monumento en Berlín
Peter Eisenman
Delante del Parlamento, el monumento a los judíos de Europa asesinados es una manzana urbana sin construir, a la vez que un recuerdo y un aviso contra el olvido. Eisenman ideó una intervención abstracta: 2.711 bloques de hormigón que remiten a lápidas o a muros y construyen una retícula de calles estrechas en las que uno se pierde porque la topografía del suelo no es llana. Algunos visitantes sienten encierro, dolor y soledad, mientras los niños juegan a perderse en el laberinto. En el borde de sus 19.000 metros cuadrados, los bloques son bajos, la gente se sienta en ellos y crece algún árbol. Como en los recuerdos, el límite entre la realidad y la memoria se va mezclando con el tiempo.
2006. T4 de Barajas
Estudio Lamela y R. Rogers
Este edificio descomunal con vistas a los aviones y luz natural simbolizó el despegue de una ciudad (Madrid) y de un país (España) en un tiempo en el que la construcción de aeródromos innecesarios contribuyeron a su ruina. La T4 es una lección de diseño cuidado y sostenible, y a la vez, un puente con América Latina que permite disfrutar de la arquitectura desde el minuto cero de muchos viajes.
2011. Beekman Tower
Frank Gehry
Tras más de una década de proyectos que recordaban al Guggenheim de Bilbao, un Frank Gehry octogenario firmó en el sur de Manhattan este rascacielos de 76 plantas con apartamentos, una escuela y hasta un hospital. Las curvas de la estructura de hormigón armado de la torre rompen con la imagen de los rascacielos fríos con fachada de vidrio y acercan esta tipología al diseño orgánico y plástico del famoso arquitecto. Nuevo símbolo en la línea del horizonte neoyorquina, la torre inaugura una etapa de rascacielos de autor.
2012. Auditorio de Cartagena
Selgascano
Pocos edificios señalan con tanta claridad y tan poco ruido el paso al siglo XXI en la arquitectura. No es solo el cambio de materiales lo que habla en este buque varado con fachada de metacrilato, es la combinación entre industria y naturaleza la que desordena el contacto con el mar y el hecho fundamental de que el espectáculo está no en el rostro, sino en el interior del edificio. La gran arquitectura de este palacio de congresos de Cartagena hay que visitarla. No puede resumirse en una postal.
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