sábado, 25 de enero de 2025

SEÑAS DE VOLVER

 

Llevo un par de años dando la lata a mis amigos con mi situación y vicisitudes laborales. 
Lo siento. 
Sabido es que este blog es anárquico y catártico a la vez, en él vierto mis frustraciones, mis malos y buenos rollos. Por esto y por lo demás, es de justicia esta entrada de hoy para agradecer a los que me leen -incluso a los que seguro no les gusta lo que escribo- y a los que me han apoyado y aguantado.
La lección aprehendida ha sido saber la importancia de la salud. La salud lo es todo, sin ella no hay nada, ni ahora ni después. Primero está la salud, y segundo y tercero. Todo lo demás va después, y no porque tenga menos importancia, sino porque sin ella no hay nada, sin ella todo es nada, el vacío.
Una vez sentadas las bases, vistas las orejas al lobo y con tiempo para sopesar lo sopesable -tarea ímproba-, he de compartir que me encuentro bien, la nueva situación laboral me hace muy feliz, ¡quién lo iba a decir hace cuatro meses!
El trabajo en sí nunca ha sido el problema, así que ahora retomo la rutina y voy cogiendo el ritmo poco a poco, o mejor diría que adaptándome al ritmo porque éste se marca solo. Un nuevo despacho, un ambiente musical envidiable dentro de él y un entorno limpio; se acabó la canción con la letra cambiada (poison is in the air), el aire es limpio, la toxicidad se quedó fuera.
Sólo quedan algunos flecos despeinados, porque una cosa es cambiar de ambiente y otra muy diferente que los bichos desaparezcan. Pero todo llega, en ello ando. Seguiré pues intentando aportar mi pequeño granito de arena en este caos general en el que andamos metido.
Lo dicho, gracias a (casi) todos y ¡hasta más ver, que son señas de volver!
John Paul Young, *Love is in the air.

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