No fue anoche una buena noche, redundando. al acostarme me di un tirón en el gemelo derecho y ya no se me quitó el dolor mientras dormía o intentaba hacerlo. Imposible coger una postura sin que pensara que iba a volver el calambre, así que di vueltas sin parar, me quedé quieto cual estatua pero nada, no funcionó y a las 3 estaba ya en pie rondando por la habitación. Aproveché entonces para terminar el primer libro que leo en el ibook -Las garras del águila-, acicalarme, vestirme con mucha calma y subir a la oficina después del primero de los cafés que me depara el día.
Salí tarde del trabajo, mi última visita fue a un establo de caballos para tomar fotografías para un informe, después de una mañana llena de reuniones. Hoy, con toda probabilidad, tras las visitas de obra a primera hora me espera otro goteo de reuniones en mi despacho. Gracias a que hoy es jueves (con sabor a viernes) y puedo empezar a desconectar con los ojos puestos en el fin de semana. Por cierto, cena el sábado en casa: sushi de entrante y berenjenas con salsa de cacahuete como plato principal. El postre está por decidir, pero le doy vueltas al helado de fresa ácida sobre torta de aceite.
PD. Me contaba la propietaria de la cuadra que al caballo de la foto lo había rescatado de otras garras, no del águila sino de una mujer que lo maltrataba. Hoy está precioso y sano, por cierto. No sólo había caballos sino patos, palomas, gatos, conejos... ningún perro que haya visto, qué raro. Y pendiente de traer un burro, me dijo al despedirnos. Yo salí feliz.
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Verdi, "Macbeth". *Nel di della vittoria.
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