Tras la baja y la reincorporación ha dado comienzo mi última etapa profesional en la función pública, etapa que espero termine, en su momento, satisfactoriamente.
Vuelvo a la rutina con menos lastre, con nuevas consideraciones aprehendidas, y espero que con nuevos trucos, con nuevas armas en mi mano. Quizá, lo más importante, la revelación, ha sido aceptar de una vez que lo que no está en mis manos no lo está y punto. Parece una estupidez ¿verdad?, un 2+2, pero no, no ha sido fácil. Superman en el cine.
Queda atrás aquel primer libro de autoayuda que leí tras la universidad: "Cuando digo no, me siento culpable", aquel que con los años ha perdido la coma, no me siento culpable.
Si asumir que con lo que no puedo hay que dejarlo pasar pasar por salud, esta nueva experiencia ha llevado consigo otra revelación tan o más importante, ¡aléjate de la mala gente! Así de simple me he vuelto, me han vuelto. Es tanto lo que podemos recibir de los que queremos y nos quieren que de (a) los demás nada, ni agua. Sin miramientos, sin emular a Lot, sin remordimiento alguno.
Vuelvo así al trabajo, con fuerza y animoso, como un perro que se ha sacudido el agua del baño y se echa al sol mientras mueve el rabo, con la vista puesta en la jubilación -a la que espero llegar- y en lo que nos depara esto donde estamos embarcados.
Los viajes, la música, los libros, el cine, los amigos, la familia... la vida misma. Sí, esa misma por la que brindamos cuando tenemos ocasión.
¡Por la vida misma!
♫
Black Pumas, *Colors.
2 comentarios:
Así es Jose, por la vida!
¡Gracias!
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