Hoy es el primer día que siento el invierno, 10° al llegar a La Esperanza, claro que son las 5 de la mañana. Aún así, está más que fresco.
Como no sólo de ópera vive el hombre, junto a Tosca y a mis dos paseos por la ciudad, ha sido un fin de semana dedicado a la casa, yo más bien como apoyo, pero algo es algo. Una vez terminada la colocación del pavimento en Nueva Villa Augusta comenzamos con las lámparas, a la espera de la finalización de la biblioteca, ya ajustada, de la mampara de la ducha y el revestimiento en una de las paredes del salón, con lo que termina lo que podemos considerar obra. Resta únicamente el montaje de la cocina y los armarios. Después vendrá la última mudanza, traer a casa lo que fue Villa Augusta y distribuirlo: libros, muebles, ropa... marzo será nuestro mes, ¡por fin!
Empieza así la última semana de febrero, en un tris nos olvidamos de este mes bisiesto que ha pasado como una exhalación. Atrás quedaron los Carnavales, llega la Semana Santa y tras ella las vacaciones de verano. Ya ven, el que no se consuela es porque no quiere. Este año nuestro viaje está en el aire, la obra de la nueva casa es lo que tiene, el limón parece no dar más de si.
Nada de quejas, no.
Seguiré esperando a que me recojan en este cruce de caminos, aunque ignoro si tendré paciencia .
♫
Bernard Herrmann, *North By Northwest.
No hay comentarios:
Publicar un comentario