Terminadas la dos últimas novelas aeroportuarias, vuelvo a mi pequeña biblioteca provisional de Santa Cruz, aquella que he ido montando hasta que pueda disponer nuevamente de la que instalaremos en Nueva Villa Augusta y que espera pacientemente en el guardamuebles. Tenía dos previstos y he optado por empezar la novela "Holly" de Stephen King. Altamente recomendada, los primeros capítulos no me han defraudado en absoluto, al contrario, ya estoy enganchado.
Ya habré contado -sí, ya me repito, soy consciente de ello- que si empecé a leer de niño con "Los Cinco" y después con Ágatha Christie (quién no recuerda esos libros de bolsillo con aquellas fantásticas portadas), uno de mis grandes decubrimientos posteriores fue la literatura de Stephen King, comenzando por su magnífica "IT" y seguido por la no menos ídem "Misery", "Dolores Clairbone", etc. Tengo altas expectativas en "Holly", sí, pero por ahora se van cumpliendo.
¿Y después? “Las garras del águila”, la séptima entrega de la serie de novela negra Millennium de Stieg Larsson, con una nueva autora, la también sueca Karin Smirnoff.
A poca distancia del lugar en el que Bonnie Dahl desapareció, viven los profesores Rodney y Emily Harris. Son la quintaesencia de la respetabilidad burguesa: un matrimonio octogenario y dedicado de academicos semiretirados. Nadie diría que, en el sótano de su impecable casa forrada de libros, esconden un secreto directamente relacionado con la desaparición de Bonnie. Son astutos, pacientes y despiadados, y obligarán a Holly a...
PD. Por cierto, la portada del libro brilla en la oscuridad.
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