Veo las declaraciones que hizo anoche Carlos Alcaraz en Nueva York, después de haberse convertido en nº1 del mundo tras ganar a Rudd en el US Open. Un maduro pibe de 18 años, agradecido, amable, con la seguridad que puede dar la juventud y sabedor del trabajo bien hecho. Antes las mismas preguntas de los periodistas, una y otra vez, él salió airoso, y no lo tiene fácil pues lo comparan y compararán una y otra vez con Rafa Nadal. Qué majaderos llegan a ser los periodistas deportivos y qué bajo el nivel de sus preguntas, pero es lo que hay. Por su parte, Casper Rudd decía en otra entrevista, sonriendo, que esperaba que no le volviese a tocar un español en un Grand Slam. Alcaraz se despedía de su entrevistados con ¡un placer!
Da gusto ver a esta gente tan amable ante los medios que, a pesar de su interlocutor, es capaz de decir algo coherente y de interés, nada que ver con la generalidad de los futbolistas -dios me perdona- y su ya eterno "el fútbol es así".
Despistado, desprevenido, no fui raudo en apagar la tele tras las declaraciones del tenista y las noticias dieron paso a la horda de políticos despotricando unos contra otros, nada que ver con la caballerosidad deportiva de escasos minutos antes. Del Poder Judicial, esa vergüenza que no termina nunca y por la que no se les cae la cara de vergüenza (esa misma que no tienen), pasaron a la supuesta ida de Juan Carlos I al funeral de Isabel II, noticia importante donde las haya, a la altura de las manos hinchadas de Carlos II; las propuestas energéticas del PP "que son las que la gente demanda", Feijó dixit; la cesta de la compra de la Vicepresidencia y bla bla bla.
¿Qué será de nosotros, pobres mortales, tras las exequias de Isabel II?
¿Hasta cuando podremos aguantar a nuestros políticos patrios?
Primperan.
Por mi parte me iré hoy a almorzar con una amiga y por la tarde me sentaré a trabajar, como cada día, intentando no pensar ni en unos ni en otros, sobre todo en estos últimos, que no es lo mismo pero es igual, consciente de que cualquier tiempo pasado fue peor.
♫
Ralph Vaughan, traditional. *Fantasia on Greensleeves.
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