Nos tomamos un café unos amigos y surge una pregunta al aire, ¿y si hacemos un viajito al Hierro? Dicho y hecho, de miércoles a domingo (bueno, cada uno lo adaptó según su trabajo) disfrutamos de un maravilloso y sencillo plan: pasear por la preciosa isla de El Hierro. Primero fuimos nueve moviéndonos en una furgoneta, después 10 entre furgoneta y moto. Costa e interior, fotos, risas y hasta una paella.
El cuartel general estaba en La Restinga y de allí rulábamos por toda la isla para acabar retornando al nuestros apartamentos. Con buen tiempo, no pasamos demasiado calor e incluso fresco en el interior, disfrutamos como en los viejos tiempos de juventud. Ahora es cuando recordamos el refrán de una imagen vale más que mil palabras y me callo.
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