Si tuviera tiempo escribiría un libro de cuentas, de cuentas pendientes. Escribiría sobre el tiempo perdido, sobre los compañeros de colegio a los que tanto quise, ahora me doy cuenta, porque me ayudaron a ser fuerte; sobre los amigos que me exprimieron hasta que no quedó gota que dar; sobre la familia que fue y ya no es; sobre tanto interesado que un día aparece y luego desaparece sin más; sobre tanto bienintencionado portador de la luz, la suya; sobre aquellos que mas que personas son agujeros negros; sobre los que piden pero nunca dieron, ni darán; sobre los que no aman a los animales; sobre los envidiosos y los mentirosos compulsivos; sobre los amargados de los que hay que huir, siempre. Sobre la mala gente, en definitiva.
¿Y sobre la gente buena no he de escribir nada? No, a ellos se los digo directamente porque los quiero.
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