viernes, 21 de diciembre de 2012

MIRANDO AL CIELO, POR SI LAS MOSCAS, O UNA MAÑANA EN LA OBRA

El jueves, o se ayer, se recepcionó ¡por fin! la obra de las 42 viviendas, después de un papeleo ingente, visita larga por el edificio, fiscalización del dinero invertido, etc. La obra está bien, al menos eso me parece, y afortunadamente al interventor también le pareció así y finalmente se firmó la recepción. Respiré después de 6 años de avatares y problemas, quiebra de la primera contrata y paralización, supuestamente sine die, de la obra, múltiples cambios de los aparejadores de la Propiedad, muerte del constructor -un buen tipo-, complicaciones con las acometidas y un largo etcétera. Este fin de semana respiramos y descansamos.
Haciendo tiempo -llegué como las gallinas porque había dormido mal, el coche no me arrancó, etc.-, me fui a tomar un café al bar de la esquina y allí encontré a la señora, barwoman que se diría, fumando un cigarro en la puerta y con la mirada hacia el cielo, perdida. Ella hizo ademán de entrar al verme y le dije:
-Señora, no tengo prisa, acabe de fumar.
Ella, rauda y sin complejo, me respondió que no estaba fumando realmente sino mirando a ver si empezaban los fenómenos atmosféricos por eso del fin del mundo.
Yo sonreí, ya se sabe que es la reacción perfecta cuando no se sabe qué decir, y entré. Ella, al cabo de un par de minutos, entró también, satisfecha de ver que el cielo no se le caía encima, supongo, preguntándome como si nada ¿qué quiere tomar?
Si de algo ha servido la majadería del fin del mundo maya es que ha disparado la imaginación para toda clase de chistes, y de eso en España sabemos mucho. Veamos sólo algunos ejemplos.
Mañana, si esto sigue en pie, habrá más. ¡Feliz fin del mundo a todos!








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