Sé que no puedo escupir al cielo porque yo como carne, aunque me cueste, y que debo aceptar eso de la cadena alimenticia, que los animales cumplen su función y bla bla bla. Vale, lo acepto, pero ¿es necesario que sufran para alimentarnos? A esto la respuesta es automática, no. Podemos comprar huevos de gallinas camperas en vez de aquellos producto de granjas donde los pobres pollos viven, malviven, apiñados; podemos comprar carne de cerdos que no hayan vivido, malvivido, en unos terribles habitáculos; podemos, y esta es la verdadera razón de mis notas, boicotear el foie de pato porque el método para producirlo es terriblemente cruel. Sé que es una gota en el mar, pero ¿por qué no empezar con nuestro granito de arena aunque sea pequeño?
No al foie, no a la sopa de aletas de tiburón, no a los huevos de gallinas de granja, no a...
PD. Una imagen vale más que mis palabras, cierto, pero en mi blog huyo, siempre que me es posible, de fotos desagradables y morbosas. Es lo que tiene la sensibilidad.
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