domingo, 28 de octubre de 2012

GRAY Y SUS SOMBRAS

No se ofendan los lectores, y las lectoras -nunca mejor dicho-, por lo que aquí digo acerca del tan cacareado libro "50 sombras de Gray". Me lo regalaron hace un par de semanas y empecé a leerlo con interés; y me engaché, todo hay que decirlo; pero mi gozo en un pozo. Cuando llevaba ya algunos capítulos leídos empezaba a darme la impresión de estar leyendo una novela de Danielle Steel (ésta es otra historia) un poco más fuerte, con sexo explícito, pero poco más: chica normal conoce a guapo, rico y poderoso y bla bla bla... Y empezó a aburrirme soberanamente. Ni me interesaban los gustos sexuales del protagonista, ni las descripciones, ni los trabes de una o de otro. Habrá quien no esté de acuerdo conmigo, quien haya disfrutado con la novela y espere con avidez la segunda y tercera parte, pero yo la coloqué ya en la biblioteca, sin terminar; demasiada literatura para leer y poco tiempo para ello, desgraciadamente.
Ahora, buscando esta pequeña foto de la portada del libro, me entero que ya hay una película en ciernes, con trailer y todo. ¡Increíble!
Respecto a Danielle Steel, para criticarla hay que haberla leído, y yo puedo hacerlo. Hace ya algunos años, demasiados, tuve un problema sentimental e hice lo que me servía de catarsis en aquellos años de trabajo, dinero y sin hipoteca, me compré un billete a Nueva York y me perdí en Manhattan dos semanas. Mi socia, que estaba preocupada por mi, me regaló tres libros, muy bien envueltos, para que los leyera durante el viaje y me distrajese. Literatura fácil y entretenida, me dijo. Las tres novelas eran de la susodicha, tres portadas perfectamente ilustradas con todas sus letras cual oropeles: DANIELLE STEEL. Leí la primera de ellas, escogida al azar, durante las más de diez horas de mi vuelo desde Tenerife al JFK, escala en Madrid Incluida. Recuerdo muy bien el argumento: una mujer de mediana edad, tras un desengaño amoroso, se refugia en un hotel rural en un pueblo perdido de la América Profunda, en invierno y con cuatro casas alrededor. Conoce a un jinete que resulta ser el rico de la zona y se enamoran. ¿Les suena? Ya, claro, como a todos. El argumento no puede ser más simplón. Pues bien, lo terminé, y al hacerlo me prometí que ese sería el primer y último libro que leería de esta señora. Ahora tengo 49 y hasta ahora he cumplido mi palabra.

PD. Leer es un placer, sea lo que sea, así que seré un poco condescendiente, perdónenme, y si les gusta Danielle Steel o E. L. James go ahead!, que dirían en América, ¡adelante! ...para gustos, colores.

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