Ayer, lunes posterior a las Elecciones, tuvimos día libre por Santa Rita, que pasó del domingo al lunes, de manera que aproveché para descasar un rato después del tute del cierre de la mesa, dormir un poco más de lo normal, leer, ver una peli, llevar a Augusta al veterinario por la tarde y abonar el césped recién cortado. Augusta está bien, su herida evoluciona estupendamente, según me dijeron, y se dejará al aire para que cicatrice bien antes de quitarle los puntos la semana que viene. Le he colocado una camiseta para que no se lama y, al echarse, no apoye la herida directamente con el suelo. Por otro lado el césped parece que se va recuperando, las pequeñas calvas poco a poco van desapareciendo y el abono que me traje de Gran Canaria hace algunas semanas, regalo de miamigo Juan, va haciendo bien su trabajo. Espero que en poco tiempo esté reluciente y podamos empezar con la operación fortalecimiento. El jardinero del Ayuntamiento me comentó cómo lograr que el césped se recupere del todo y eso pretendo hacer. Por cierto, el árbol mexicano del jardín está precioso.
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